Sí, si.. ya se que me he saltado un par de crónicas, y si tengo tiempo y ganas, me pondré con ellas (aunque de tiempo no es que ande muy holgado ultimamente), pero antes de que se diluyan en mi memoria los acontecimientos del pasado viernes, he querido dejar testimonio. Las otras crónicas que "debo" ya están prácticamene diluídas, así que no salen perjudicadas por alterar el orden.
Durante la semana, en el foro, se fueron apuntando unos y otros y parecía que nuevamente el BdC iba a estar concurrido, aunque no tanto como otras veces. El caso es que el viernes a última hora se fueron produciendo algunas bajas y cuando bajé al BdC no tenía muy claro ni cuántos ni quiénes ibamos a estar allí.
Me encontré a los madrugadores Kintaro y Bicho, a la espera de que se fuera llenando la zona de juego. Nada más llegar (o quizás ya estaban, pero aún no había subido a la zona lúdica) llegaron Monje y su séquito de secuaces.
Estaban Api, Beni y su hermano (no recuerdo el nombre) y otro chico que acudía por primera vez (creo que se llamaba Victor). Beni y su hermano habían acudido para disfrutar de placeres no lúdicos y es que, aunque el principal atractivo del BdC los viernes noche es la gran oferta lúdica, las hamburguesas y sandwiches y demás productos gastronómicos también tienen poder de convocatoria.
Poco después llegaron Corwin y Lord Trully y con eso se completó la plantilla jugona de la noche. A modo de entremeses, frios o calientes, salió a mesa uno de los juegos de Bicho llamado
Democrazy, que Kintaro y yo confundimos en un primer momento con el Diplomacy (lo que viene a ser como confundir un catarro mal curado con un ébola en fase terminal :-). Aclarada la confusión, tuvimos que vencer cierta "resistencia" de Kintaro a jugar a ese juego... se ve que el hombre trata de mantener cierto estatus lúdico y juegos como Democrazy no entran en sus planes, pero al final entre todos, a base de "vengaaaa".. "no seas asíiii".. "vamos a probarloo".. etc, conseguimos que cediese.
Democrazy es un filler ultracaótico, de votaciones de leyes. De hecho no es que el juego "vaya de votar leyes", sino que el juego consiste única y exclusivamente en eso. Cada jugador dispone de unas cartas recuperables de voto positivo o negativo. Hay otras de un solo uso que son "sí, por mis cojones", "No, por mis cojones" y "tongo", que permiten determinar o cambiar el resultado de una votación (pero una vez usadas, se gastan y no se recuperan). Cada jugador dispone al inicio de 6 contadores de colores, escogidos al azar. Además, cada jugador dispone de cinco cartas de leyes. En su turno, propone una ley que es votada por todos y si se aprueba, se aplica el efecto. Los efectos pueden alterar el valor de los contadores, hacer perder o ganar contadores a unos y otros jugadores o introducir modificaicones en las reglas. Al final (después de entre 15 y 25 votaciones, para seis jugadores), según los valores que estén asignados a los contadores, se puntúa y el que más puntos obtenga gana. Es un juego sin pretensiones, para llenar un rato, pero puede ser muy divertido y entretenido.
De hecho nos lo pasamos en grande.. y me atravería a aseverar que incluso kintaro pasó un buen rato. Confiesa!!! :-)
Aquí tengo una foto de mi mano. Observad el detalle del zapato golpeando el estrado.. esa es la carta que he llamado "sí, por mis cojones".
De fondo se ve a Víctor y a Lord Trully observando sus mano de cartas de votación y leyes. Haré notar que, aunque salen borroros, no tardaron en recuperarse y el resto de la noche estuvieron perfectamente nítidos.
Es un juego en el que no hay mucho que planificar.. puesto que aunque consigas que se apruebe una ley que te conviene, nada te garantiza que luego venga otro y te chafe el plan. Así con todo, los había que se lo pensaban mucho... En el otro extremo estaba Lord Trully, que dado que las cartas venían en inglés y a Lord Trully ese idioma le suena a chino, su planificación era nula, como exige el juego.
. Aquí le vemos resignado a las trabas lingüisticas, y sin perder la sonrisa por ello.
A mitad de partida al Democrazy, Victor se retiró (estaba cansado, esperamos que vuelva y no sea el Democrazy la única referencia lúdica que recuerde del BdC) y fue sustituido por Api. Beni y su hermano (transmitidle mis disculpas por no recordar el nombre... despiste el mío) ya estaban nutridos y bien alimentados y se retiraron y quedamos allí para presentar cara al resto de la noche Corwin, Lord Trully, Api, Monje, Kintaro, Bicho y yo... siete jugones. Surgió el inevitable debate: a qué jugar y cómo dividirnos. Bicho, Kintaro y yo teníamos claro que ibamos a jugar al
Great Fire of London 1666 a Api, Monje y Lord Trully les daba igual, se apuntaban a lo que fuera.. La gran duda era Corwin. Al final, dado que ninguno de los juegos que había allí disponibles le llamaba especialmente (amén de que necesitarían explicación) y el incendio Londinense admitía hasta seis jugadores se autoproclamó jugador sobrante y se batió en retirada. Inaudito. Es lo que pasa cuando uno acostumbra a Corwin a jugar a Caos en el viejo Mundo, o Civilization varias semanas seguidas. Luego ya nada le llena.
En realidad Corwin tenía intención de irse temprano y lo que hizo fue facilitar la labor de ubicación de jugadores y selección de juegos. Apena perder a un jugón de pro como él, pero fue cosa voluntaria... que conste. Confío en volver a verle jugar un eurogame alguna vez.
Con la marcha de Corwin la elección de juego fue mucho más sencilla: TODOS a tratar de combatir el fuego en el Londres del siglo XVII. Yo no sabía nada del asunto (incultura la mía, por dios..), pero por lo visto a un panadero se le fue la mano con el horno y las magnalenas y la lió parda y de proporciones gigantescas. Además, para darle más vidilla a la catástrofe, en la época no se estilaba lo de currar de bombero, y cada uno se las arreglaba como podía para tratar de preservar sus posesiones. Si alguien tiene curiosidad por contextualizar el juego, ahí tenéis a la wikipedia:
http://es.wikipedia.org/wiki/Gran_Incendio_de_Londresy esta es la forma en que trajo Bicho este acontecimiento a nuestros respectivos acervos culturales:
El maestro de ceremonias fue, una vez más (otra de tantas), Bicho, con la asistencia de kintaro, que ya había jugado alguna vez. Esto viene a ser un pequeño resumen que sirve para hacerse una idea:
Cada jugador representa un terrateniente que tiene propiedades repartidas por la ciudad. Debe procurar salvar sus propiedades y que se quemen las de los demás. No había bomberos,sino milicias que eran contratadas por los caballeros para combatir el fuego. En cada turno, el fuego se propaga según la dirección de una de las cartas jugadas por el jugador (siempre tiene cinco en la mano para escoger las direcciones de propagación). Después el jugador dispone de cuatro acciones para mover milicias que controlen fuegos y el caballero. Cuando el caballero llega a una zona donde todos los fuegos estan controlados por milicidas, puede gastar acciones para apagar fuegos.
Al final del juego, el jugador que más puntuación sume gana. La puntuación depende de las propiedades que aún te queden sin quemar, los fuegos que hayas conseguido apagar y unos puntos extra de unas cartas que se distribuyen al principio y que representan zonas de la ciudad que debes evitar que se quemen.
Es entrenido, sencillo de explicar y de jugar y la partida no dura mucho. En una horita y media está servido. Además, otra peculiaridad del juego es que es una pocholada desde el principio. Mucha veces cuando voy a hacer una foto a una mesa de juego alguien me dice "pero espera un poco, que acabamos de empezar y todavía no se ve nada". En este no ocurre eso. Mirad:
La zona roja del tablero viene a ser la casa del panadero y de sus desgraciados vecinos. El resto de las casitas de colores son la de cada uno de nosotros. Mola, eh?.
Aquí tenemos a Kintaro en el inicio de la partida, deseando suerte, amor y buenos alimentos a todos los participantes. Lord Trully, confiado, se concentra en el tablero hasta el paroxismo.
Debían de faltar algunas piezas de juego, pero Bicho, en un alarde de McGiverismo, sustituyó a las milicias por unos cucuruchos de papel con los que Carlos envuelve los helados en verano. Es un manitas. Encerrado unas horas en una ferretería estoy seguro de que podría construir el famoso catan 3D.
El fuego se propago principalmente hacia el oeste, por mucho que Trully intentase que el viento lo empujase lejos de sus propiedades. Api, en plena distorsión facial, vigila atento las llamas y Monje se pregunta si no será hora de empezar a utilizar salibazos.
Resultó (nos dimos cuenta casi al final) que aplicamos mal una regla: Cuando el fuego destruye un sitio en el que hay varias casas, aparecen allí tantos fuegos como casas había... nosotros dejabamos sólo el fuego que provocaba la destrucción. Esto hizo que el fuego estuviera demasiado controlado durante toda la partida. Y quizas por ello se nos veía tan tranquilos como aquí aparecemos:
En el reparto de cartas de destinos que salvar para cada uno, la verdad que fui bastatne afortunado (la torre, el hospital y otro sitio que casi se sale del tablero por el norte). Trully no tuvo tanta suerte y casi desde el principio sufrió de lo lindo. Acabó achicharradillo.
La partida estuvo entretenida, aunque la mala aplicación de las reglas, desvirtuó un poco el resultado, aunque fue suficiente para que todo el mundo si hiciera una idea de la mecánica y el sistema de juego. La partida gustó y se pasó muy entretenida y agradable. Hubo buenas risas.
Gané sobrado con 47 puntos. Apenas cayeron casas de mi propiedad y encima las cartas de destinos a salvar me dieron 12 puntazos. A monje el fuego también le respetó y acabó con 41 puntos. Después quedaron Bicho (39), Kintaro (35), Lord Trully (34) y carbonizado del todo, Api con 32.
Después del gran incendio de Londres, Trully acabó algo quemado y decició retirarse a casa. Quedamos en un ambiente íntimo cinco jugadores, pero con un buen par de horas por delante para invertir sabiamente en algun buen juego. Y la sabiduría se abrió camino llevando a la mesa un
Bretrayal at the house of the hill. Una vez más fue Bicho el encargado de desvelarnos los entresijos y recovecos del reglamento.
La copia de Bicho estaba traducida al español. No recuerdo quién se había encargado de hacer la traducción, pero desde aquí mi más sincero agradecimiento y admiración. No es traducir cuatro cartas y dos hojas de reglamento. Qué va. El que lo haya hecho se ha dado una currada de las inmensas y contundentes.
Veamos brevemente de qué va el todo esto: Es un juego de exploración en el que unos personajes se adentran en una casa encantada. Cada jugador lleva un personaje que está caracterizado por cuatro parámetros (fuerza, cordura, inteligencia y rapidez). La partida está dividida en dos fases. En la primera, todos los jugadores son compañeros y se dedican a explorar habitaciones (losetas que se van añadiendo a la casa). La casa tiene tres plantas. Las habituaciones en ocasiones ocultan sucesos, objetos y presagios. Cada vez que se descubre un presagio hay una tirada para determinar si se pasa a la segunda fase del juego o no.
Cuando se pasa a la segunda fase del juego, uno de los jugadores se convierte en un traidor. Según el lugar donde se haya descubierto el presagio que ha causado el inicio de la segunda fase, y el presagio, se determina un reto. El reto es diferente (y oculto) para el traidor y para el resto de los jugadores. A partir de ese momento, el traidor y el resto del grupo tienen que tratar de cumplir con el reto. Cuando uno de los dos lo consigue la partida termina. El traidor puede ganar o perder la partida. Si pierde, el resto de los jugadores ganan. Hay 50 retos diferentes, que se dice pronto.. y cada reto es diferente para el traidor y para el grupo. El reto es una hoja explicativa donde informa detalladamente de qué novedades se incluyen, un poco de contexto, etc. ¿se entiende ahora por qué mi admiración por el traductor? :-)
Está entretenido y jugado con la gente adecuada, puede ser muy divertido. Rejugabilidad inmensa.
El argumento es un poco de película de serie B.
. Vamos a ver.. ¿qué necesidad hay de meterse en una casa misteriosa en mitad de la noche? y si se encuentra algún motivo válido.. ¿por qué no salir de allí en cuanto te encuentras la primera cosa rara (paredes que sangran, suelos que se hunden.. etc)?. La respuesta es clara: el juego duraría muy poco.: )
Aquí tenemos a nuestro grupo de valientes:
Es el típico grupo que uno suele encontrarse en los alrededores de las viejas casonas abandonadas en mitad de ningún sitio. A saber: un anciano doctor (Bicho en el papel de profesor Longfellow), un mozalbete en edad de merecer (Kintaro encarnando a Darrin Flash Williams), una cuarentona (yo mismo - siempre quise ser una cuarentona - haciendome llamar Vivian López), una niña (Monje a los mandos de la encantadora y dulce Missy Dudouride) y un jovencillo oriental (Api como Brandon Jasper).
Aquí les tenemos un poco más nítidos, posando para la inmoratilidad:
La verdad que las figuras son una pocholada.
Hubo mucha diversión con los comentarios de Monje y api principalmente. Nos reimos de lo lindo. Como muestra, un botón: Mirad qué cara de descojono muestran ambos:
La primera fase de la partida duró hasta que hubo 8 presagios en juego, y habíamos descubierto prácticamente toda la casa (toda la planta principal, y buena parte del sótano y la buhardilla).
A Kintaro le acabó acompañando un loco, a la niña de Monje un perro y al doctor de Bicho una niña. :-) Además, a mitad de partida, Monje sustituyó los trocitos de papel que simbolizaban todos esos personajes secundarios por piecillas de varios tipos que llevaba en una bolsita. El loco de kintaro fue un ewok, la niña de Bicho una bolita blanca y el perro un barco del diplomacia.
Moraleja: Cuando veas alguna cosa pequeña y curiosa, sin importar su utilidad y posibles usos futuros, metelos en una bolsita y llevala siempre contigo. En su defecto también puedes buscar a Monje y entregarselo.
Kintaro ativó la segunda parte de la partida (el reto), se convirtió en el traidor y tuvimos que enfrentarnos al reto nº 8 (de 50 posibles). A él le tocó una banshee, con cuya ayuda debía matarnos a todos. Nosotros teníamos que hacer cinco test de cordura/conocimiento para conseguir exorcizar a la banshee. La verdad que kintaro no tuvo oportunidad. La casa era demasiado grande, estabamos demasiado alejados unos de otros y habíamos descubierto casi todas las habituaciones y objetos que nos permitían hacer los exorcismos. Solo llegó a jugar un turno de banshee en el que atacó a mi personaje, pero tenía un botiquín (cortesía de Monje) y me podía curar con cierta facilidad.
El final de la partida se precipitó a toda velocidad. La verdad que lo pasamos bien y nos reimos de lo lindo. Eran ya las tres de la mañana y no hubo opción ni propuesta de jugar a nada más. Acabó la sesión muy temprano.
Fue una sesión extraña, por las fluctuaciones de afluencia a ultima hora, la retirada de Corwin primero y de mi hermano después. Así con todo, me lo pasé en grande y creo no equivocarme si extiendo esa buena impresión al resto de los asistentes. Además, tenía ganas de una sesión de juegos nuevos y cortos. (más cortos que los que había estado jugando ultimamente).
La disfruté mucho, la verdad. Ni qué decir tiene que sin importar a qué se jugase, lo mejor es la buena compañía y compartir un hobby sano con gente no tan sana.
Salu2