A mi pasó con el Indonesia que me pareció un juegazo, pero en el que estaba más perdido que una cabra en una fábrica de sifones. La sal del juego son las fusiones, pero nunca tenía claro cuáles unir y cuando. Es un juego excelente y exigente y con un diseño tan bello como poco práctico.
Este hace tiempo que me llama la atención, y precisamente por eso que comentas (
cómo hacerlo, cuándo...). Lo que pasa es que es tan endemoniadamente caro... Y todo para que luego no salga a mesa.
Respecto de lo apuntado por Gixmo, yo creo que me refería a los juegos en los que no sabes
qué hacer... El
cómo hacerlo implica tener una idea más o menos clara de lo que el juego requiere, y saber más o menos a dónde encaminar tu estrategia, y quizá esto sea el común denominador de los euros puros de toda la vida, ¿no?