Ayer continuamos la campaña en su quinta misión, que consiste en encontrar un túnel por donde salir del complejo, partiendo del centro del tablero. La partida, con victoria, duró unos quince minutos. Tuvimos la fortuna de encontrar la salida en uno de los puntos de interés en el segundo turno y que no nos salieran enemigos en una fase de refuerzo... y en tres turnos habíamos ganado. Victoria pero con sensación rara, de haberlo conseguido sin bajar del autobús, vamos. Habría que revisar el diseño de ese escenario, porque no nos pareció normal.
Pasamos de inmediato a la sexta misión para aprovechar la tarde. Y nos encontramos con todo lo contrario. En el cuarto turno ya éramos conscientes de que no teníamos nada que hacer. Los tres puntos de interés que destapamos fueron criminales, con la aparición del porculero T-1000 que no muere nunca y a continuación del T-800 con su "entourage". La partida nos duró un buen rato, pero estába clarísimo que era una mera cuestión de ver cuánto íbamos a aguantar hasta que nos reventasen, porque estábamos en un cuello de botella del que era imposible salir, teniendo en cuenta la necesidad de usar los terminales para mantener una única puerta abierta simultáneamente. Tampoco nos quedó clara la presencia de los tres soldados aliados en este escenario. Tras la partida, finalizada con derrota aplastante, y analizando todo lo que nos habíamos encontrado, dedujimos que los tres aliados deben utilizarse como carne de cañón, porque no tienen ningún objetivo marcado. Lo que es un poco anticlimático. Veremos en el próximo intento.
En definitiva, un par de escenarios algo rarillos.