Joder, macho, no somos nada. En el momento menos pensado, uno se va al otro barrio. Creo que no somos conscientes de ello (afortunadamente).
En fin, la verdad es que me apena la noticia, pese a no conocerle. Ojalá haya juegos allí donde vamos una vez finalizado nuestro paso por este asco de mundo. Y gente buena con quien compartirlos...