Antes de nada, disculpad lo extenso de este comentario, pero si verdaderamente os gusta el juego del B-17, creo que os gustará. Bueno, no tengo más remedio que intentar romper una lanza a favor de este, mi juego favorito. Llevo jugando con el B-17 unos 29 o 30 años y tengo muchísimos juegos (más de 400). Algunos de ellos me gustan muchísimo, pero NINGUNO me hace sentir las sensaciones que tengo cuando juego con el B-17.
Me gustaría explicaros algunos detalles y mientras los vais leyendo, por favor, con la mano en el corazón, quisiera que penséis
si hay algún juego que os haga sentir de esa forma.
Ante la afirmación de que
no hay muchas decisiones que se puedan tomar en este juego. Tengo que decir que eso es cierto, aunque, como muy bien dice chuckperson y duma, si que se toman algunas decisiones y a veces son tan importantes que pueden representar la diferencia entre la vida y la muerte.
Un americano, llamado Chris Bradley escribió un artículo sobre este juego que lleva por título “Decisiones de Mando” y cuenta que en una ocasión en la que estaba entusiasmado jugando con su B-17, su mujer, que le había estado observando le dijo algo así como “vaya birria de juego en el que todo se basa en tirar los dados una y otra vez”. Este hombre, se quedó un poco cortado y llegó a pensar “a ver si es que estoy deleitándome en un juego tonto”, de modo que empezó a cavilar y sacar cuentas y fórmulas matemáticas y llegó a la conclusión que os mencionaba en el párrafo anterior. Hay decisiones muy importantes que si que se pueden tomar en este juego y a veces pueden ser vitales.
Un ejemplo sencillo: Supongamos que nos atacan 4 o 5 cazas desde diversas posiciones de ataque. Una de estas posiciones es la de las 6 (Cola) y hay otros cazas por delante y a los costados del B-17. Tienes un artillero de Cola que lleva 4 derribos y solo le falta uno para llegar a los 5 y convertirse así en un “AS”. Llevas con él unas cuantas misiones y hasta le has cogido cierto cariño.
Ahora vienen nuestros cazas de escolta y ahuyentan a un par de cazas enemigos. En este momento, TÚ eres el que tienes que elegir a los dos cazas que eliminas. Quizás puedas pensar en dejar al caza de las 6 para dar la oportunidad a tu artillero de cola de llegar a ser un AS, pero, el sr. Bradley, usando las matemáticas demuestra que eso sería un gran error porque esta posición (la de las 6) es con mucho, la más peligrosa y si decides dejar este caza para que se luzca tu artillero de cola, tienes MUCHAS posibilidades de que falle y de que luego el caza incluso te pueda derribar. En este caso, sería mucho más sensato, sacrificar un poco el posible “status” de AS de tu artillero y pensar en el resto de la tripulación y eliminar EL PRIMERO a este peligrosísimo caza.
Bueno, es solo un ejemplo. Hay otras decisiones que también pueden ser decisivas. Podéis leer este artículo muy detallado bajando el archivo que yo traduje desde este enlace:
http://www.mediafire.com/?ux1m0yqyztl Ante la afirmación de que
este juego depende mucho de la suerte (los dados), tengo que decir que no depende mucho, sino muchísimo y esto mismo es lo que hace que este juego sea sencillamente apasionante.
Imaginaos por un momento un tripulante real de un B-17 en una misión de combate auténtica. A la hora de determinar el tiempo que va a hacer en el blanco, cuál será el objetivo y cuán lejano estará, si estará mejor o peor defendido por la Flak y por los cazas enemigos, decidme por favor, qué decisiones puede tomar este tripulante en este sentido. Cuando estás en vuelo, que te ataquen más o menos cazas enemigos, que les aciertes con el fuego defensivo del B-17, que te acierten ellos, y si te aciertan el tipo de daño que recibe el B-17, etc. Todo eso, ¿de qué depende? Única y exclusivamente de LA SUERTE. ¿Por qué creéis que los tripulantes de los B-17 eran tan supersticiosos? La mayoría tenía su “goma de la suerte”, su “medalla de la suerte” o sus “cromos de la suerte” ¿Habéis visto la película “Memphis Belle”?
Ahora pensad por un momento que jugáis al B-17 asumiendo el papel de un tripulante de un B-17. El “volar” una misión es verdaderamente angustioso, estás siempre con el alma en vilo y cuando regresas a la base (si es que regresas), te dan ganas de besar el suelo (aunque sea el de tu sala de estar). Por supuesto, todo depende de cómo juguéis.
Yo os comento lo que hago (más o menos).
En primer lugar, hace ya unos años, me construí un “escuadrón” completo de 36 B-17. Todos los aviones fueron del modelo B-17F. Me fabriqué una ficha grande en la que figura el dibujo (nose art) con el nombre del B-17 y el modelo (ver foto después) Esta ficha es de cartón duro pero fina. Para cada B-17, me fabriqué sus 10 tripulantes, haciendo una ficha (o historial) –esta vez son de papel- para cada uno. El tamaño de la ficha del B-17 y de las de los tripulantes es de 8,3 x 12,8 cm. Tanto la ficha del B-17 como las de los tripulantes van metidas en un sobre apropiado a este tamaño.
Aquí tenéis la caja donde tengo guardados los 36 sobres. Esta caja la tengo aparte lógicamente de la caja con el juego:
Y aquí podéis ver la caja abierta con los 36 sobres dentro (está un poco revuelta porque ahora mismo estoy modificando las fichas que antes eran más pequeñas. Cuando acabe, estarán plegaditas y más ordenadas:
Aquí podéis ver el contenido de un sobre:
De más cerca la ficha del B-17:
Ejemplo de un par de fichas de tripulantes (el Operador de Radio es un superviviente de mi Memphis Belle que ahora ha sido asignado a este otro B-17). Perdonad que las fichas estén en inglés porque las he cogido de unas fotos que hice para unos americanos. Por supuesto que yo tengo todo en español:
Y ahora estoy añadiendo una ficha más a cada sobre para incluir la variante del personal de tierra que me parece muy interesante:
A la hora de “crear” una nueva tripulación, no me limito a imprimir una hoja de papel con las fichas de los tripulantes cambiando simplemente los nombres, sino que, de acuerdo con una de las variantes, tengo que determinar lo siguiente:
1º).- Tiro un dado de 10 caras en la Tabla BL-1 (BL = “Blanco”) para el Bombardero y otro para el Navegante con el fin de saber si alguno de ellos ha recibido un curso en la “Escuela de Pilotos”. Si el resultado de los dados indica que alguno de ellos ha recibido ese entrenamiento especial, lo anoto en su “ficha” (historial). Esto puede ser determinante si en un momento dado resultan muertos o incapacitados el Piloto y el Copiloto. El que uno de estos hombres entrenados pilote el avión, aunque tenga más dificultades que los “titulares” puede ayudar a la supervivencia del avión y de los hombres.
2º).- Después, en la misma tabla, lanzo 1 D10 para el Piloto, Copiloto, Bombardero y Navegante (estos 2 de nuevo), para determinar si alguno de ellos ha recibido un curso de primeros auxilios que puede resultar vital en caso de que un tripulante resulte herido grave en acción (también puede representar la diferencia entre la vida y la muerte). Anoto en su ficha este dato para el que haya recibido este curso.
Este sistema permite tener preparadas unas cuantas tripulaciones personalizadas porque seguramente no habrá dos iguales.
Solo después de esto, meto todas las fichas, junto con la del B-17 en su sobre.
Esto supuso un trabajo la primera vez que lo hice y ahora que estoy cambiando el tamaño de las fichas, pero luego es recompensador, porque después, solamente tengo que “fabricarme” algún B-17 y tripulaciones para cubrir las bajas. Claro que hay otra tabla (la BL-2) que muestra que no se pueden reemplazar aviones ni hombres a la buena de Dios, hay un límite en una campaña completa.
Por cierto, los B-17F que se pierden empiezan a ser sustituidos por los B-17 modelo G con su “Torreta de Barbilla”
Bueno, tengo ya todos los sobres y tengo una tarde libre y me apetece “volar” 2 o 3 misiones con mi juego favorito. ¿Qué es lo que hago?
Primero cojo la caja con los sobres y “sorteo” cuál será el B-17 asignado a la misión de hoy. A veces no participan todos en el sorteo porque habrá algunos B-17 en reparación o con sus hombres gozando de un permiso de tres días. Estos sobres los retiro de la caja y cada vez que voy a “volar” una misión tacho uno de los 3 días de modo que a la cuarta vez, el sobre vuelve a la caja y el B-17 puede ser seleccionado.
Una vez que tengo el sobre con el B-17 seleccionado para volar hoy, hay que tirar el dado en la Tabla BL-3 porque puede ocurrir que el avión seleccionado no pueda volar por necesitar reparaciones o que su tripulación no esté disponible. (Hay que tener en cuenta los modificadores de esta tabla que tienen que ver con el grado de daño con el que regresó el aparato en su última misión). Si el avión seleccionado en primer lugar no está disponible, se retira de la caja y se vuelve a sortear otro.
Aún así, cuando los oficiales van a la Sala de Reunión para enterarse del objetivo y otros temas, puede resultar que el parte meteorológico para la zona del blanco no sea favorable, en cuyo caso, se tira un dado en la Tabla AM-12 por si el B-17 asignado debe ser cambiado por un “PFF” (un B-17 Pathfinder con 9 tripulantes en lugar de 10 y que bombardea mediante una cúpula de radar desde gran altitud). Por si hay que cambiarlo, dentro de la caja con los 36 B-17, siempre tengo un par de PFF adicionales para este cambio.
Alguien se preguntará: ¿por qué usas un B-17 diferente en cada misión en lugar de coger un B-17 y volar seguido con él para intentar llegar a las 25 misiones requeridas para licenciarlo con honores?
En primer lugar, el sorteo no siempre designa a un B-17 diferente. A veces, en una campaña de 25 misiones hay más de un B-17 que les ha “tocado” volar 2 o incluso 3 de esas misiones.
En segundo lugar, este es el único fallo que veo en el juego original. En cada campaña de 25 misiones puedes llegar a perder 3, 4 o 5 –a veces más- B-17 si es de la 8ª Fuerza Aérea, un poco menos –a veces- si es la 15ª Fuerza Aérea o la variante del Mediterráneo. Por lo tanto, es CASI IMPOSIBLE (yo diría que sin el “casi”) que un solo B-17 pueda sobrevivir a 25 misiones seguidas. Pienso que el ir turnándolos da más posibilidades (aunque lleve mucho más tiempo) de que alguno de ellos llegue a las 25.
De hecho, de los 36 aviones que tengo en la caja, tal vez 2 o 3 no han volado aún, lo que indica que son reemplazos recientes. Unos cuantos han volado en 2, 3 o 4 misiones y tengo algunos que ya han sobrevivido a 10 o más.
Lo que si es cierto es que hay tripulaciones o tripulantes en particular a los que les llegas a coger cariño de verdad (aunque os parezca una cursilería). Algunos han realizado verdaderas proezas y todo eso consta en su “historial”.
Una vez que tienes el B-17 que definitivamente volará la misión, entonces empieza la angustia, los peligros etc. Lo que he puesto medio de broma en el ejemplo del Juego Básico, eso de “cruzar los dedos” antes de realizar un lanzamiento de dados, no es del todo broma porque hay momentos críticos en los que tienes que realizar una tirada que puede ser mortal de necesidad y hasta te tiembla la mano antes de tirar el dado.
Me ha ocurrido en algunas misiones que el B-17 regresa a casa muy maltrecho y con varias bajas entre la tripulación. Hay hombres gravemente heridos a bordo que no se pueden mover, los modificadores al aterrizaje son muy negativos. ¿Qué haces en un caso así? Yo me pongo en el lugar del Piloto (que es el jefe) y suponiendo que sea un tipo legal (que para mí lo son todos). En estos casos, el piloto ordena a los tripulantes que no están incapacitados que se lancen en paracaídas sobre Inglaterra y él intentará realizar un aterrizaje forzoso para salvar la vida de sus compañeros malheridos. Y si el Copiloto no es de los incapacitados, ¿qué haces entonces? ¿se quedará para ayudar a su jefe arriesgando su vida o se lanzará también en paracaídas para salvarse? ¿Y si este Piloto y/o Copiloto es uno de tus tripulantes favoritos?
Si el piloto y/o el Copiloto se queda(n) e intentan el arriesgadísimo aterrizaje, sobrevivan o no ¿no merecen una condecoración? ¿Cuál les darías? ¿La Cruz del Servicio Distinguido? ¿La Medalla de Honor del Congreso?
Aparte de eso, cuando acaba la misión, hay que determinar los “Puntos de la Misión” que serán los que indiquen si se recibe alguna condecoración (además de las que se otorgan por conducta extraordinaria como he mencionado antes). Si se recibe alguna condecoración, ¿a quién se la asignamos?
Recuerdo una misión en la que el Operador de Radio derribó a un caza con su ametralladora del Cuarto de Radio que normalmente es la más ineficaz. Después, tuvo que ocupar la vacante dejada por un artillero del fuselaje que había resultado muerto y desde esa posición (a pesar de la penalización por no ser su puesto habitual), derribó otros 2 cazas enemigos. Aunque os parezca ridículo, me sentí orgulloso de ese hombre y al final de la misión, puesto que los “Puntos de la Misión” eran más de 250, lo que da derecho a una “Medalla del Aire”, no dudé ni un momento en otorgársela a él.
A medida que vas volando misiones, los hombres van acumulando experiencia (lo que es positivo) pero también fatiga, al igual que los aviones (eso es negativo). La Tabla BL-7 tiene una fórmula que combina el nivel de fatiga acumulado hasta ahora más la fatiga de la misión actual, menos la recuperación de la fatiga (por el descanso nocturno y más aún si es por 3 días de permiso), lo que da la fatiga actual que se anota en el “historial” de los tripulantes y en la ficha grande del B-17. Con el tiempo, esa “fatiga” de hombres y máquinas puede llegar a pasar factura.
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