Hay juegos extraordinarios cuyas partidas pueden reventar por, tan solo, una persona apática o escéptica. Es un claro ejemplo de que los juegos son entes vivos gracias a la interpretación de sus participantes.
Cagar.- Permaneces en la misma posición durante un largo rato.- Te concentras.- Haces un esfuerzo.- Y al final te sale, o una mierda, o una mierda de partida.¡Esque es igualito!