No se lo podía creer. No podían derrotarlo tan pronto. No podían dejarlo sólo de esa manera. ¿Por qué huían de la batalla ahora que empezaban a ser un ejercito? ¿Ahora que ya sabían luchar juntos? Es cierto que hubo algún problema en las últimas batallas, pero en todos los frentes surgen disensiones. No, no era posible que se quedara vacía.
Todo esto lo pensaba mientras yacía inmóvil tendido en el suelo, pero algo le hizo reaccionar, apretó los dientes y clavando los puños en la tierra se fue incorporando lentamente. Una sonrisa se dibujaba la cara del guerrero, aún no los había visto, pero sabía que estaban ahí, reorganizándose en el Patio de Armas, insuflando de nuevas fuerzas a compañero fatigado, afilando los aceros y tensando los arcos. De repente un grito mitad jubilo de recuperar a sus compañeros que creía perdidos, mitad rabia y deseo de volver a la batalla surgió de su garganta como un trueno que rompe la quietud de la noche. Salió a la carrera y alcanzo el punto más elevado de la torre más alta de la muralla y desde allí observó como ninguna saetera quedaba vacía, las atalayas se poblaban y los caminos de ronda de la muralla volvían a bullir de gente deseosa, como él, de volver a la lucha. El guerrero quedó nuevamente inmóvil pero esta vez no de abatimiento sino de emoción y pensó:
"Esta Alcazaba aún no ha caído todavía hay quien la defienda"
Después de estás semanas de parón y descanso volvemos con más ganas que nunca. La Alcazaba abre sus puertas para recoger de nuevo a sus alcazabeños. Esta semana no tenemos un tema especial tráete lo que te apetezca jugar de verdad y volvamos a comenzar.