Robinson Crusoe, adventures in the cursed island. Un juego muy temático, pero que juega solo. La participación activa de los jugadores es mínima. Parece que éstos tienen toma de decisiones, pero se resumen en dos o tres por turno. Y los turnos constan de un montón de fases que se activan solas, sin que los jugadores puedan hacer nada al respecto.
Darkest night. Nada que no pueda ofrecer el Touch of Evil o, en mejor medida, Arkham Horror. Tiene un diseño sólido, pero me parece excesivamente simple. Y se tiran demasiados dados para mi gusto. Dados y poco más.
Warhammer: Conquest LCG. Refrito de otros LCG's, lo que no tiene por que ser necesariamente malo (en ese sentido, Star Wars funcionaba mejor). Aparentemente ofrece muchas opciones, pero luego es bastante obvio por donde hay que atacar. Y no le encuentro demasiada miga a las mecánicas.
Firefly, el juego de mesa. No me parece mal juego, pero sí excesivamente largo y con falta de interacción para lo que ofrece. La expansión de los Piratas y Cazarecompensas mejora algunos de estos aspectos, pero aún así sigue siendo largo, algo farragoso, ocupa demasiado espacio y, a en un porcentaje muy elevado de las veces, cada jugador acaba haciendo su turno sin que los demás estén muy pendientes de lo que hace.
Eldritch Horror. Una versión descafeinada del Arkham Horror, extremadamente simplificada, y donde las decisiones de los jugadores son muy pocas. Hay querido europeizar un ameritrash, otorgando dos acciones por turno a cada jugador (es decir, que los jugadores toman casi siempre dos decisiones por turno, aunque parezcan muchas más), y han logrado algo parecido al Robinson Crusoe: un juego temático, e incluso agradable de jugar, pero que juega solo. Es tan disfrutable como el anterior, pero sólo si te dejas llevar por la historia. Pero como experiencia lúdica, por sí solos, me parecen insuficientes.