Lo mismo digo. Ahí estaré en busca de "chucherías" Jejejeje. Yo pretendia deshacerme de algún juego, pero según elegía uno me entraba la melancolía de perderlo, así que al final nada a ampliar la librería. Jajajaja
Es el síndrome del perrillo. Decides venderlo porque nunca sale a mesa, o es aburrido, o demasiado largo, o quizá no tienes más espacio en tu casa, o puede que ya no divierta tanto, o no tienes pasta o porque has decidido que tener 200 juego es suficiente...
Pero llegado el momento de la separación, el juego inunda tu mente de ideas: ¿Para qué venderlo si ya lo tengo, si además no está tan mal? Además qué rollo eso de quedar o peor aún, enviar el juego. Qué vale más, ¿el juego o el mísero dinero que por el te van a dar? ¿Qué es el dinero sino un simple medio?