* La acción de meditar es absurda. Por tener la opción de elegir entre 3 cartas de fortuna, te arriesgas a que la monedita caiga por el lado negro y te comas un infortunio. En cambio, rezando sacas 1 carta buena sí o sí, y tampoco es tan decisivo elegir entre una carta y otra, así que ¿para qué arriesgarse?
Y por último, la campaña no apasiona. La narración que supuestamente enlaza los diversos escenarios es bastante floja, y el texto es de una calidad discutible (¿a alguien le hacen gracia los comentarios del Rey Mono?). Al final es una mera excusa para combinar de manera distinta las losetas, la posición de los portales y la aparición de un boss u otro al final (en algunos casos con un fail notable como en el cuarto escenario).
El tener que proteger a Tripitaka es otro de los puntos clave.Y, personalmente, a mí no me molesta la narrativa de la campaña porque simplemente ignoro la historia. Estoy harto de campañas. Un juego cuyos escenarios pueden jugarse solos, o que directamente ya no la tienen, para mí es un plus.