¡Dios mío! ¡¿Pero qué es este horror?! Faltas de ortografía, de puntuación, de sentido... en apenas unas frases.
Francamente, viendo esto se explican muchas cosas. Y eso que esta vez el fallo "no es suyo". Aunque si lo venden ellos y tiene el famoso logo del pato, desde luego, entra dentro de su responsabilidad.