Llegamos con esto a conceptos extremadamente complejos y difíciles de analizar (y huelga decir que todos somos suficientemente inteligentes como para saber que debatir sobre ellos no significa defenderla postura contraria):La libertad y la democracia. No son debates precisamente nuevos. Por poner algunos ejemplos "populares" y simplistas, la religión ya se ha planteado este dilema de la libertad y el libre albedrío. Un guiño (superfluo, pero que puede resultar ilustrativo) actual es el de la serie "30 monedas" donde se recuerda que para que exista la bondad debe existir la maldad, y para que puedan existir ambas debe existir un libre albedrío y libertad del ser humano, que sin maldad no tendría sentido la existencia de dios y que, en último termino, los llamados "cainitas" defienden la "legitimidad" de la maldad como forma de dar sentido a la existencia de dios. La ilustración y el despotismo ilustrado pueden ser dos "momentos" o "corrientes" que profundizaron en la pertinencia o no de que el ser humano, "el pueblo", tomara sus propias decisiones, se gobernara a sí mismo, avanzase en sus libertades.Por tanto, el debate no es nuevo.¿Qué sí puede ser "nuevo", al menos en términos cuantitativos? La democratización de ciertas tomas de decisiones y el extremo impacto de la mercadotécnia y el libremercado en aspectos comerciales.Y con ello vuelvo al ejemplo del pomodoro: la libertad comercial ha derivado (vuelvo a repetir por si acaso alguien se ha despistado: no estoy diciendo que no deba ser así) en una tendencia al consumo-compra de productos alimentarios en grandes superficies (por comodidad, por costes, porque la publicidad nos "orienta" a ello...), en ese "modelo" persiste lo más exitoso y por tanto más beneficioso para la empresa y se desecha lo menos "popular", la publicidad (pero también otros aspectos de la psicología de la percepción) nos ha llevado a asumir, erroneamente, que una forma y color es garantía de calidad, nuestras elecciones libres y grupales han derivado en que en la inmensa mayoría de las grandes superficies desaparezcan esos otros tomates, o tengan una presencia testimonial (con el consecuente aumento de precio).En la película del pomodoro ¿a qué nos ha llevado toda esta libertad de elección y libertad comercial?Penúltima vez que remarco un asunto: que plantee este dilema no significa que defienda un perverso modelo en el que un "ministerio del pomodoro" nos apunte con francotiradores para que compremos lo que "el poder quiere", que haya que destruir el libre mercado, ni que se prohiban los tomates de plástico, ni que un gobierno judeomasóniconazicomunista nos tenga que poner embudos para que engullamos los tomates que ellos quieren. Lo que digo es que quizá debatir, conocer y analizar las informaciones es lo que, solo quizá, nos pueda hacer más libres.
Y con ello vuelvo al ejemplo del pomodoro: la libertad comercial ha derivado (vuelvo a repetir por si acaso alguien se ha despistado: no estoy diciendo que no deba ser así) en una tendencia al consumo-compra de productos alimentarios en grandes superficies (por comodidad, por costes, porque la publicidad nos "orienta" a ello...), en ese "modelo" persiste lo más exitoso y por tanto más beneficioso para la empresa y se desecha lo menos "popular", la publicidad (pero también otros aspectos de la psicología de la percepción) nos ha llevado a asumir, erroneamente, que una forma y color es garantía de calidad, nuestras elecciones libres y grupales han derivado en que en la inmensa mayoría de las grandes superficies desaparezcan esos otros tomates, o tengan una presencia testimonial (con el consecuente aumento de precio).
Sabes las ostias que hay, por parte de ciertas editoriales, para hacerse con las licencias de este o aquel juego? Te resultaría curioso saberlo. Para luego tener que leer sus "lloros" en torno al escaso margen de beneficios que obtienen editando juegos y demás historias banales. Podrán "convencer" a un número determinado de consumidores pero a mí desde luego que no me la dan.Cuando una cosa no es rentable fabricarla, editarla, no lo es, y se deja de hacer. Aun admitiendo, la cruda realidad de muchas pequeñas y medianas empresas, que tiran con lo puesto, con esfuerzo y sacrificio, por voluntad en unos casos, o por qué no les queda más remedio. Eso o nada. Ley de vida...
Estamos en la era de oro de los juegos de miniaturas con mucha miniatura y poco juego
De los creadores de "todos los euros son iguales", llega:Cita de: Zaranthir en 19 de Diciembre de 2020, 22:40:44 Estamos en la era de oro de los juegos de miniaturas con mucha miniatura y poco juegoParece ya un mantra instalado en parte de la afición y como pasa con este tipo de afirmaciones no son exactas y demuestran un poco de desconocimiento. Los mejores juegos de minis para gran parte de la afición han aparecido en los últimos años y a través de las plataformas de mecenazgo.
Cita de: morannon (salpikaespuma) en 20 de Diciembre de 2020, 12:30:55 De los creadores de "todos los euros son iguales", llega:Cita de: Zaranthir en 19 de Diciembre de 2020, 22:40:44 Estamos en la era de oro de los juegos de miniaturas con mucha miniatura y poco juegoParece ya un mantra instalado en parte de la afición y como pasa con este tipo de afirmaciones no son exactas y demuestran un poco de desconocimiento. Los mejores juegos de minis para gran parte de la afición han aparecido en los últimos años y a través de las plataformas de mecenazgo.Yo esa frase la interpreto no como que ahora todos los juegos de miniaturas tiene mucha miniatura y poco juego, sino que ahora, los juegos de miniaturas que tienen mucha miniatura y poco juego (los que cumplan esto) están en su edad de oro porque es el momento ideal para salir al mercado ya que está comprobado que se venden directamente si las miniaturas son suficientemente llamativas.Lo que no quiere decir que no salgan juegos con miniaturas y que sean muy buenos juegos, con sistemas sólidos que los respalden.Pero es cierto que desde la entrada en escena de Kickstarter, se venden muchos juegos de miniaturas que detrás no tienen juego alguno porque se ha podido comprobar que si llenas un juego de miniaturas, aunque le pongas un precio elevado y el juego apenas esté probado, se va a vender muy bien.Es decir, que un juego salga con miniaturas espectaculares no significa que sea necesariamente un mal juego, pero que es la época ideal para que los juegos malos de miniaturas se vendan (y caros), yo creo que es un hecho.Siempre teniendo en cuenta que luego al final todo depende de gustos de cara a determinar si uno lo considera mal o buen juego.
También hay otro tipo de comprador al que no le importan nada los juegos, sólo la calidad de las miniaturas. Los pintores de minis sólo buscan pintar y si pueden conseguir muchas minis chulas juntas, les va a parecer un chollo aunque no se pueda jugar con ellas porque el juego que las acompañe sea un truño.
Siempre teniendo en cuenta que luego al final todo depende de gustos de cara a determinar si uno lo considera mal o buen juego.
A casi todos nos gusta el tomate. Y si puede ser, rojo, muy rojo. Por algún motivo, en el que no entraré, tenemos asociado el rojo intenso del tomate a mayor sabor y mayor calidad. Error. Como en muchos productos alimentarios, el "aspecto" no es una garantía ni de calidad del producto ni de excelentes propiedades organolépticas. Perdón, sí que puede ser garantía de una calidad: la del "control de calidad" que marcan los "estándares modernos": en el caso del tomate, una pieza "homogenea", "simétrica", sin irregularidades, y con un rojo intenso. ¿Y cómo se consigue eso? Por lo que parece, seleccionando variedades muy resistentes al paso del tiempo (y por tanto soporten mejor el transporte y el paso del tiempo en el lineal del supermerado) y que den un fruto abundante y "homogeneo". La ironía de esto es que esos tomates son los que menos sabor tienen.Hemos sacrificado sabor y "calidad" en favor de "rendimiento económico" (para algunos).El tomate no se llama "pomodoro" en italiano por casualidad. Recordemos que el tomate se populariza en europa tras la colonización (especialmente a partir del siglo XVI), como la patata. No es casualidad el nombre "tomate", que proviene del náhuatl (azteca) de la unión del los lexema "tomal-tomohuac" (gordura) y "atl" (agua) y viene a significar algo así como "agua gorda" o "fruta hinchada", y que en italiano se llamase "pomodoro" , Pomi d’Oro (manzanas de oro) según el botánico italiano Piero Andrea Mattioli, quien los describió en 1554.¿Por qué se llamaron así? Pues porque el tomate es en realidad, técnicamente, una fruta (no una hortaliza ni una verdura), y porque los primeros tomates eran preferentemente de un amarillo-anaranjado. Ha sido la selección posterior la que ha ido haciendo que las variedades más extendidas sean las de tono rojizo (al igual que se fueron seleccionando los pimientos para que dejasen de ser picantes y pequeños, y obtener así un producto más facilmente comestible y productivo).(Algo parecido para con la patata en Francia, a las que llaman "pommes de terre", manzanas de tierra)Pero todas estas historietas a nuestro cerebro le dan igual, y es algo que saben muy bien en las grandes superficies: cuando podemos elegir, cuando en un "autoservicio" tenemos varias cajas de tomates, los que cogemos son los que son redonditos, sin ninguna irregularidad, con un color homogeneo e intenso. Hemos escuchado mil veces que son mejores los otros, los "feos"... pero a la hora de la verdad, hacemos el canelo, el lila, el julai, el primo... y cogemos los "bonitos".Y, como digo, eso es lo primero que aprende el reponedor de la gran superficie y el encargado: los "feos" no se venden, se ponen malos y hay que tirarlos. Los que se venden son los otros, "los de plástico": -"Llamando a sabor, llamando a sabor: ¿me recibe?".Y eso se lo dicen al agricultor-proveedor: "Mira, bro, no me traigas más tomates de la huerta, que no se venden, trae de los de invernadero, que además de que se los llevan por kilos, aguantan más tiempo en el lineal sin ponerse malos".El fin de la historia ya la conocéis: deja de producirse el tomate "feo" (y bueno) y prospera el "bonito".El cliente siempre tiene la razón, la ley de la oferta y la demanda regula el mercado y es lo mejor para todos, la libertad de elección debe estar por encima de todo, ya somos mayorcitos para saber lo que es mejor para nosotros, "¿quién te ha dicho las copas de vino que yo tengo o no tengo que beber?"."Calvo,¿y esto que tiene que ver con los juegos de mesa? Dime qué es lo que fumas, que yo también quiero".Pues es quizá redundar en algo de lo que venimos hablando en otros hilos: que creo que nos equivocamos al estimar nuestra propia capacidad de análisis, que juzgamos aspectos del mercado sin conocerlos en detalle, y que como clientes somos, en realidad, bastante torpes, y en ocasiones no sabemos cuidar ni valorar ni los productos que tenemos ni a los profesionales que hay detrás.Queríamos "pomodoros" de alta calidad y terminaremos consumiendo plástico rojo insípido."Que si va a querer bolsa para los tomates, caballero".