Cuando alguien critica lo del pasado siempre le digo lo mismo, dentro de 100 años dirán que lo que hacemos hoy es una barbaridad, cambiara la manera de pensar y nos dirán de todo, igual que tu dices de aquella gente que simplemente hacia lo normal para esa época. Hay que entender que ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos, las cosas deben contarse como fueron para aprender, Hitler perdió la guerra por no haber aprendido que el invierno siberiano ya derrotó a Napoleón
A mí esto me huele a blanqueamiento de la historia. Eliminamos las partes de las que nos avergonzamos y nos limpiamos la conciencia a base de un sentimiento de superioridad respecto al pasado. Es un fenómeno que trasciende a los juegos de mesa y que es difícil criticar, ya que quien lo hace es automáticamente tachado de supremacista, racista, machista o fascista y es "cancelado". Y lo triste es que de verdad hay quien se opone a este movimiento por razones de machismo o racismo, lo que hace más difícil levantar la voz, por miedo a ser confundido con gente así.Pido perdón por el largo mensaje y a los que ya hayan oído lo que viene a continuación, que es un extracto de mi contribución al capítulo "Juegos controvertidos" del podcast Más allá del tablero.A esto se añade que los anglosajones usan un doble rasero para analizar el pasado. Todos hemos oído hablar del reciente caso de Viticulture, un juego del que ha habido que purgar a Hernán Cortés y Pizarro para no ofender sensibilidades. Y probablemente hay razones para ello, pero llama la atención que no haya problema con el juego Lewis y Clark, que en el fondo trata de la penetración europea en el salvaje oeste, con Infamous traffic, que va sobre el comercio del opio en China, con John Company, que consiste en encontrar el mejor modo de enriquecerse a base de esquilmar las riquezas de la India colonial, o con Maori Wars, que simula el aplastamiento de las revueltas maoríes en Nueva Zelanda. Podría añadirse que en el Great Western Trail los jugadores pueden comerciar con los indios del modo más paternalista, nada de masacrar a sus mujeres y niños ni de enviarlos a reservas para que se mueran de hambre y alcoholizados, que fue lo que ocurrió históricamente. No. El problema es que Hernán Cortés y Francisco Pizarro aparecen en el Viticulture. Una posible explicación es que los españoles dejaron en Sudamérica suficientes herederos de las etnias precolombinas para que se sientan incómodos por la banalización de su sufrimiento. Hay que reconocer que los anglosajones fueron mucho más eficaces a la hora de no dejar atrás demasiados supervivientes que pudieran denunciar la masacre.Y mi sensación es que no se trata de casos anecdóticos, sino que en los juegos de mesa la evaluación de la historia de España es sistemáticamente mucho más dura que la valoración del pasado de los países anglosajones, que se blanquea sistemáticamente. Podemos estar de acuerdo en que los pueblos amerindios sufrieron tremendamente a manos de sus colonizadores europeos, ya fueran estos españoles, ingleses, franceses u holandeses. Y no vamos a entrar en comparaciones ni señalar la diferencia entre una América anglosajona donde los indios fueron llevados casi a la extinción y una América hispana en la que la herencia amerindia salta hoy a la vista en los rasgos de una población general muy mestizada. A efectos de esta discusión, demos por sentado que todos los colonizadores europeos actuaron mal, visto con la perspectiva de hoy, y que los españoles fueron tan malos como el resto, lo cual es mucho dar por sentado. Y desde esta consideración general, analicemos la presentación de dos juegos: Borikén, sobre la colonización española de Puerto Rico en el siglo XVI, y Plain Indian Wars, sobre las guerras contra los indios de las praderas norteamericanas bien avanzado el siglo XIX. Estos son algunos extractos de la información sobre el juego Borikén:"El 19 de noviembre de 1493 los conquistadores españoles, impulsados por la avaricia y armados con su avanzada cultura, pusieron el pie en las arenosas playas de Borikén, el hogar del pueblo Taíno. Engañado por la promesa de paz, como tantos otros pueblos nativos del Nuevo Mundo, el pueblo Taíno fue despojado de sus costumbres y de sus dioses."A continuación se describe en detalle el execrable despojo de los Taíno, su valiente rebelión, la inevitable derrota a manos de los tecnológicamente superiores españoles y finalmente el proceso de insurgencia que empuja a los Taínos a abandonar Puerto Rico y refugiarse en otras islas cercanas. De la actualidad se dice:"Borikén es hoy Puerto Rico, el hogar de un pueblo que hunde sus raíces en el pasado Taíno, africano y español. Estas tres culturas tan diferentes fueron amalgamadas por los peores rasgos de la raza humana (avaricia, esclavitud y genocidio), pero el resultado hoy es una cultura vibrante, rica en historia y tradiciones y conocida también por su belleza y pasión."Si esto es lo que se dice de un proceso de colonización que culmina en 1530 con el mestizaje de colonizadores y colonizados, ¿qué puede esperarse de la colonización de las grandes praderas de Estados Unidos, que culmina a finales del siglo XIX, es decir, mucho cerca del presente, con el exterminio casi completo de las tribus nativas? Veámoslo en la información que ofrece GMT acerca del juego Plains Indian Wars:"Las Grandes Llanuras eran un campo de batalla cultural en la segunda mitad del siglo XIX. El modo de vida de los nativos estaba asediado por una avalancha de invasores que buscaban tierra y progreso. Los indios de las llanuras mostraron un coraje y tenacidad inmensos al defender sus hogares y su tierra. Los colonizadores, los soldados y los trabajadores del ferrocarril que buscaban arrebatárselo no fueron menos valerosos."Un momento. ¿Campo de batalla cultural? ¿Buscaban progreso? ¿Dónde está la avaricia? ¿Dónde está el genocidio? ¿Dónde están los engaños? Hay más justicia para los indios americanos en una escena de Fort Apache, de John Ford, que en toda la información que se proporciona sobre este juego.Podría decirse mucho más. Os animo a leer la contraportada de la edición americana de Almoravid. En ella el Cid es un mercenario avaricioso y los cruzados son sanguinarios, pero los almorávides son fundamentalistas que acuden prestos a salvar a sus hermanos musulmanes de semejante ralea cristiana. Afortunadamente, el texto será corregido por NAC Wargames para la edición española, con excelente criterio.Hay que ser críticos con nuestro pasado, estudiar y conocer los crímenes e injusticias de nuestros antecesores, y hacerlo sin verter juicios anacrónicos, sino comprendiendo los factores que condujeron a esas injusticias, que desafortunadamente siguen muy presentes en la sociedad de hoy. Sin embargo, cuando leo los debates sobre los actores negros en los Bridgerton o los personajes de color en la nueva serie Los anillos de poder no puedo evitar la impresión de que nos están empujando a polémicas vacías, cuando la intención de fondo es presentar una imagen del pasado (incluso el literario) engañosamente similar al presente, en vez de mostrar la cruda realidad: las niñas de 7 años que se ganaban la vida en las cocinas de Downton Abbey. Esto se contrapone dolorosamente al modo descarnado en que la cultura popular anglosajona señala esos mismos defectos en la historia de España. Sobre la base de estas evidencias, no queda más remedio que concluir que, de manera consciente o inconsciente, los anglosajones siguen haciendo lo que siempre han hecho: alimentar la leyenda negra sobre España (con la inestimable ayuda de los españoles) y envolver sus vergüenzas en una lectura falsamente inclusiva de un pasado execrable. Y mucho cuidado si se te ocurre denunciar este blanqueamiento: las acusaciones de racismo, homofobia o transfobia sólo contribuirán a reforzar… tu leyenda negra.
Cita de: mariscalrundstedt en 27 de Agosto de 2022, 10:25:48 A mí esto me huele a blanqueamiento de la historia. Eliminamos las partes de las que nos avergonzamos y nos limpiamos la conciencia a base de un sentimiento de superioridad respecto al pasado. Es un fenómeno que trasciende a los juegos de mesa y que es difícil criticar, ya que quien lo hace es automáticamente tachado de supremacista, racista, machista o fascista y es "cancelado". Y lo triste es que de verdad hay quien se opone a este movimiento por razones de machismo o racismo, lo que hace más difícil levantar la voz, por miedo a ser confundido con gente así.Pido perdón por el largo mensaje y a los que ya hayan oído lo que viene a continuación, que es un extracto de mi contribución al capítulo "Juegos controvertidos" del podcast Más allá del tablero.A esto se añade que los anglosajones usan un doble rasero para analizar el pasado. Todos hemos oído hablar del reciente caso de Viticulture, un juego del que ha habido que purgar a Hernán Cortés y Pizarro para no ofender sensibilidades. Y probablemente hay razones para ello, pero llama la atención que no haya problema con el juego Lewis y Clark, que en el fondo trata de la penetración europea en el salvaje oeste, con Infamous traffic, que va sobre el comercio del opio en China, con John Company, que consiste en encontrar el mejor modo de enriquecerse a base de esquilmar las riquezas de la India colonial, o con Maori Wars, que simula el aplastamiento de las revueltas maoríes en Nueva Zelanda. Podría añadirse que en el Great Western Trail los jugadores pueden comerciar con los indios del modo más paternalista, nada de masacrar a sus mujeres y niños ni de enviarlos a reservas para que se mueran de hambre y alcoholizados, que fue lo que ocurrió históricamente. No. El problema es que Hernán Cortés y Francisco Pizarro aparecen en el Viticulture. Una posible explicación es que los españoles dejaron en Sudamérica suficientes herederos de las etnias precolombinas para que se sientan incómodos por la banalización de su sufrimiento. Hay que reconocer que los anglosajones fueron mucho más eficaces a la hora de no dejar atrás demasiados supervivientes que pudieran denunciar la masacre.Y mi sensación es que no se trata de casos anecdóticos, sino que en los juegos de mesa la evaluación de la historia de España es sistemáticamente mucho más dura que la valoración del pasado de los países anglosajones, que se blanquea sistemáticamente. Podemos estar de acuerdo en que los pueblos amerindios sufrieron tremendamente a manos de sus colonizadores europeos, ya fueran estos españoles, ingleses, franceses u holandeses. Y no vamos a entrar en comparaciones ni señalar la diferencia entre una América anglosajona donde los indios fueron llevados casi a la extinción y una América hispana en la que la herencia amerindia salta hoy a la vista en los rasgos de una población general muy mestizada. A efectos de esta discusión, demos por sentado que todos los colonizadores europeos actuaron mal, visto con la perspectiva de hoy, y que los españoles fueron tan malos como el resto, lo cual es mucho dar por sentado. Y desde esta consideración general, analicemos la presentación de dos juegos: Borikén, sobre la colonización española de Puerto Rico en el siglo XVI, y Plain Indian Wars, sobre las guerras contra los indios de las praderas norteamericanas bien avanzado el siglo XIX. Estos son algunos extractos de la información sobre el juego Borikén:"El 19 de noviembre de 1493 los conquistadores españoles, impulsados por la avaricia y armados con su avanzada cultura, pusieron el pie en las arenosas playas de Borikén, el hogar del pueblo Taíno. Engañado por la promesa de paz, como tantos otros pueblos nativos del Nuevo Mundo, el pueblo Taíno fue despojado de sus costumbres y de sus dioses."A continuación se describe en detalle el execrable despojo de los Taíno, su valiente rebelión, la inevitable derrota a manos de los tecnológicamente superiores españoles y finalmente el proceso de insurgencia que empuja a los Taínos a abandonar Puerto Rico y refugiarse en otras islas cercanas. De la actualidad se dice:"Borikén es hoy Puerto Rico, el hogar de un pueblo que hunde sus raíces en el pasado Taíno, africano y español. Estas tres culturas tan diferentes fueron amalgamadas por los peores rasgos de la raza humana (avaricia, esclavitud y genocidio), pero el resultado hoy es una cultura vibrante, rica en historia y tradiciones y conocida también por su belleza y pasión."Si esto es lo que se dice de un proceso de colonización que culmina en 1530 con el mestizaje de colonizadores y colonizados, ¿qué puede esperarse de la colonización de las grandes praderas de Estados Unidos, que culmina a finales del siglo XIX, es decir, mucho cerca del presente, con el exterminio casi completo de las tribus nativas? Veámoslo en la información que ofrece GMT acerca del juego Plains Indian Wars:"Las Grandes Llanuras eran un campo de batalla cultural en la segunda mitad del siglo XIX. El modo de vida de los nativos estaba asediado por una avalancha de invasores que buscaban tierra y progreso. Los indios de las llanuras mostraron un coraje y tenacidad inmensos al defender sus hogares y su tierra. Los colonizadores, los soldados y los trabajadores del ferrocarril que buscaban arrebatárselo no fueron menos valerosos."Un momento. ¿Campo de batalla cultural? ¿Buscaban progreso? ¿Dónde está la avaricia? ¿Dónde está el genocidio? ¿Dónde están los engaños? Hay más justicia para los indios americanos en una escena de Fort Apache, de John Ford, que en toda la información que se proporciona sobre este juego.Podría decirse mucho más. Os animo a leer la contraportada de la edición americana de Almoravid. En ella el Cid es un mercenario avaricioso y los cruzados son sanguinarios, pero los almorávides son fundamentalistas que acuden prestos a salvar a sus hermanos musulmanes de semejante ralea cristiana. Afortunadamente, el texto será corregido por NAC Wargames para la edición española, con excelente criterio.Hay que ser críticos con nuestro pasado, estudiar y conocer los crímenes e injusticias de nuestros antecesores, y hacerlo sin verter juicios anacrónicos, sino comprendiendo los factores que condujeron a esas injusticias, que desafortunadamente siguen muy presentes en la sociedad de hoy. Sin embargo, cuando leo los debates sobre los actores negros en los Bridgerton o los personajes de color en la nueva serie Los anillos de poder no puedo evitar la impresión de que nos están empujando a polémicas vacías, cuando la intención de fondo es presentar una imagen del pasado (incluso el literario) engañosamente similar al presente, en vez de mostrar la cruda realidad: las niñas de 7 años que se ganaban la vida en las cocinas de Downton Abbey. Esto se contrapone dolorosamente al modo descarnado en que la cultura popular anglosajona señala esos mismos defectos en la historia de España. Sobre la base de estas evidencias, no queda más remedio que concluir que, de manera consciente o inconsciente, los anglosajones siguen haciendo lo que siempre han hecho: alimentar la leyenda negra sobre España (con la inestimable ayuda de los españoles) y envolver sus vergüenzas en una lectura falsamente inclusiva de un pasado execrable. Y mucho cuidado si se te ocurre denunciar este blanqueamiento: las acusaciones de racismo, homofobia o transfobia sólo contribuirán a reforzar… tu leyenda negra.+1No puedo estar más deacuerdo con tu comentario y me alegro de haber leído tu post Sobre algunos de los ejemplos que expones, en la época ubicada en el Great Western trail, durante el traslado de ganado de Texas a Kansas por las rutas establecidas, el comercio con las tribus nativas era habitual, con tratos, eso si, poco relevantes para dichos pueblos. En Alemania, la asignatura sobre el Nazismo, es obligatoria a partir de la adolescencia en los centros de educación. Lejos de “edulcorar” el tema e ignorarlo, se incide periódicamente en enseñar a las nuevas generaciones, los hechos trágicos de una época, para concienciarse y no olvidar y no cometer los mismos errores.Esto es comportamiento de responsabilidad y sentido común, muy lejos del comportamiento de personas superficiales, caprichosas e irresponsables.