Tengo el juego y su "continuación" (más bien precuela de las querras anglo-francesas) y son tan sencillos de entender y jugar, que los estoy usando para meter en el vicio a mi hijo de 9 años y medio.
Son fáciles de entender y jugar (las reglas básicas son muy simples), visualmente atractivos, con tablero y fichas resistentes a "manipulaciones poco afortunadas" y muy rápidos en su preparación y desarrollo. Lejos de los mamotretos que necesitan 2 horas para empezar a jugar y algún día que otro para acabar la partida.