Cuando jugaba a Confrontation con mis amiguetes de Cáceres, al acabar la partida (que podía estar tan reñida como para no concedernos una carga por una diferencia de dos milímetros) siempre me iba al bar a tomar una caña para que el perdedor se desahogase (siempre contra la suerte y contra su mala planificación de ejército) y el vencedor, muy comprensivo, lo escuchase mientras se comía unas raciones de las que hacen por allá con buen cerdo ibérico. Así terminábamos todos contentos.
Veo que hay mucha ojeriza en este sentido a los juegos de azar, ¿Pero entonces por que jugáis?
Aquí coincido plenamente contigo, Lev. A mí no me importa perder. Lo que no soporto son los malos ganadores!
Y bueno en los que más rabia me da perder es en los juegos que no tienen azar, ahí no hay excusa posible. Como en el ajedrez, como en el Alta Tensión.
Pues eso como una discusión de bar... o de foro. Si en los juegos, como en esas discusiones se suele tender a querer demostrar a los demás y a uno mismo que somos los mejores. En uno con azar o que apenas sepamos jugar se lleva bien, existen las excusas. Pero en uno que llevemos un tiempo jugando....Aunque bueno, Pensator, no te recuerdo nunca perdiendo los papeles en el foro. Quizás tú estés echo de una pasta especial.
No es que este echo de una pasta especial, iba a escribir un tocho largo pero en resumen, es que los juegos de diplomacia me gustan poco y veo muy poca capacidad de influir en base a conceptos de estartégia y táctica, puedes no autoperder la partida, pero el que la ganes dependera de lo demas y en un juego de traiciones si te traicionan pues es normal y no hay que alterarse[...]