De mis primeros años magiqueros, más de una vez he hecho horas de cola para comprar sobres de alguna expansión recién salida (hacer cola para Fallen Empires... Madre mía
).
Quitando eso, más que locuras por un juego, he hecho locuras por jugar, en plan presentarme en una partida de empalmada y manteniéndome despierto a base de Red Bull y agua fría en la nuca.
La última, y probablemente la mayor, locura que hice por jugar fue quedar con una panda de arrastraos que se ve que juegan todos los martes en una tienda de Madrid