Este fin de semana, después de habernos resistido múltiples veces a los intentos de Garu por hacernos jugar Betrayal at House on the Hill (Traición en la Casa de la Colina), finalmente nos animamos a jugarlo, condicionado a que nuestra sacrosanta Selección Nacional venciera a Irán en el mundial, cosa que, felizmente, sucedió ...(México 3 - Irán 1, para quienes no se enteraron)
La resistencia a jugarlo se originó en el hecho de haber ya vivido algunas amargas experiencias con juegos de los llamados ‘Cooperativos’, las cuales no solo no han sido agradables, sino más bien tienden a ser aburridos y somníferos. Cosa rara, pues somos un grupo que también es asiduo a los Juegos de Rol, y que está acostumbrado a jugar en equipo (a veces).
Nos llamó la atención los tres logotipos en la caja: Wizards of the Coast, Avalon Hill y Hasbro, lo que nos llevó a una reflexión sobre peces y cadenas alimenticias. Después de ello, dispusimos el material como lo indica el reglamento (separando las fichas, armado tres pilas de cartas, una de eventos, otra de profecías y una más de artefactos, y armando la pila de losetas del terreno, las que se usan para ir conformando la Casa de la Colina con cada una de sus habitaciones y secciones). Se separan y se colocan en la mesa las losetas iniciales de los pisos de la casa (superior, inferior y sótano)
Cada jugador representa un personaje, el cual decidimos sortearlo (en el primer sorteo, me tocó jugar una dulce niñita que carga un osito de peluche… Ni modo). Cada personaje cuenta con cuatro atributos básicos: fuerza, cordura, velocidad y conocimiento. Descubriríamos después que, de manera general, la fuerza se utiliza para pelear, la velocidad para moverse en la casa, la cordura para resistir efectos aterradores de la casa, y el conocimiento para realizar algunas tareas específicas (sobre todo útiles al enfrentar a los Monstruos de la casa).
El juego se desarrolla en dos etapas. Una primera en la que los personajes van descubriendo habitaciones de la casa, lo que provoca que ocurran ciertos eventos, profecías y/o localización de artefactos. Así, los atributos y posesiones de los personajes sufren algunos ajustes durante esta primera etapa (algo así como un ‘setup’ inicial de los personajes y de la casa, antes de que la aventura principal inicie).
Conforme se avanza en esta etapa, cada vez es más probable que se ‘dispare’ la segunda etapa: entre más cartas de profecías hayan sido reveladas, más probabilidades hay de que inicie el guión principal de la historia. Cuando esto sucede, una tabla nos indica cual de los guiones debe ser jugado y cual de los personajes será el ‘traidor’.
El guión cuenta con 2 libretos: uno para el traidor y otro para el resto de los personajes. Ambos guiones establecen los objetivos de uno y los otros si es que quieren ganar el juego. Los guiones generalmente implican la aparición de Monstruos en la casa, que serán manejados por el traidor, y que serán los enemigos del grupo. A partir de este momento los atributos de los personajes entran más activamente al juego y algunos morirán en el camino por intentar lograr cumplir los objetivos.
El juego cuenta con 50 guiones diferentes.
Comentarios:
1. Se trata de un juego totalmente dependiente del idioma. A quien le corresponda ser el traidor debe dominar bien la lengua (inglés) ya que deberá leer su libreto en privado y no puede revelar algunos aspectos que solo pueden ser de su conocimiento.
2. Es un juego ligero y con un factor de azar muy elevado. Poco estratégico.
3. Para poderlo disfrutar más, es recomendable que los jugadores asuman roles, como se hace en los RPG’s
4. Las reglas, a pesar de extensas, tienen muchos huecos. Al tratarse de un juego de roles, este hecho no se convierte en algo que impida jugar el juego: se llega a acuerdos entre los jugadores respecto a las reglas vagas, y ya está.
5. Bien para pasar el rato. Bueno como juego de relleno, gracias a su elevado factor de relax, a su ligereza y a que sirve para ‘limar asperezas’ entre jugadores (con excepción del jugador que deba jugar el rol de traidor). Su duración varía, en nuestro caso, de 45 minutos hasta 1.5 horas.