Me apunto a prequedada, quedada y postquedada. A la bielorrusa del Erte le tengo que decir un par de palabritas, que se descojonó cuando me desequilibré ligeramente y aún no le he cantado las cuarenta, y yo tengo muy mala memoria y se me olvidan las cosas.
Tan mala que hace ya tiempo te comenté que la tal bielorrusa ya no trabaja allí, así que perdiste la oportunidad de intercambiar esas palabritas con ella.
No se me olvida jorges, no se me olvida, pero nunca se sabe como tienen los turnos estas cachondas. Removeré cielo y tierra, pero esta no se va de rositas.
Te tocará pedir su teléfono de alguna manera sibilina, porque ya te digo yo que esa muchacha ya no trabaja allí.
Seguro que tú lo tienes por ahí guardado en la chovagenta, ladrón de corazones.