Yo entiendo que no es algo común de ver. Pero realmente pienso que no tienen la legalidad de su parte, y eso es lo que intento demostrar.
Si no te enseñan nada formal que diga que no se puede jugar en las mesas estás en tu derecho de seguir haciéndolo. El derecho de admisión solo ampara determinado tipo de conductas ofensivas o molestas y lo que esté recogido en la normativa del establecimiento. Si insisten en que no puedes hacerlo, lo ideal sería llamar a la policía (que entre otras cosas, están para evitar estos abusos) y por supuesto, hagas lo que hagas poner una reclamación oficial (que muchas veces te sacan una hoja interna suya, pide la oficial).
El día que no te dejen jugar... vuelves al día siguiente, temprano, con un libro bien hermoso (un pilares de la tierra), y pides un café, -calentito, por favor, que me tiene que durar hasta el último capítulo-
A nosotros nos prohibieron jugar a cartas en la cafetería de la uni, y la norma que esgrimían era una de general (no del propio local) que decía que no se podía jugar a juegos con apuestas. Evidentemente, por más que les hicimos ver que no apostábamos no conseguimos nada. Puede que en algunos locales hayan oído campanas sobre esta norma y aunque el empleado de turno no sepa de que va tengan instrucciones de echar a cualquiera que saque un juego.
Podeis ponerle las reclamaciones que queráis. Va ser difícil de demostrar que no estabais generando un conflicto en el local con vuestra actividad. LLamar a la policía en este caso lo encuentro ridículo.
Cita de: Skryre en 29 de Agosto de 2015, 22:47:39 Podeis ponerle las reclamaciones que queráis. Va ser difícil de demostrar que no estabais generando un conflicto en el local con vuestra actividad. LLamar a la policía en este caso lo encuentro ridículo.Precisamente se llama a la policía local por esto.Para que sean ellos los que den fe y para que el local te proporciona las respectivas hojas de reclamación oficiales y se rellenen correctamente. Y se entreguen donde hay que entregarlas y no acaben en una papelera.Luego, si tienes o no razón, lo dirá quien le corresponda. Ni el señor del bar, ni el policía ni tú.
La única vez que recuerdo que me han pedido que deje de jugar fue en un bar de Bruselas que solía frecuentar. Un día decidí echar una partida con mi novia y saque la baraja de cartas. Creo que era a una variante del rummy. No nos dio tiempo a robar ni dos cartas cuando el camarero nos aviso de que no podíamos jugar allí. Así que recogimos, sacamos la tablet y nos echamos un carcassonne electrónico y nadie se quejó.