Biblioteca de batallas napoleónicas, variante Stumptner
BATALLA DE MEDELLÍNA las 9 de la mañana de este viernes de vacaciones he quedado con Andrés para jugar la Batalla de Medellín de la Biblioteca de batallas napoleónicas de Zucker, pero con la variante Stumptner que moderniza el juego introduciendo activación por chits, tablas de combate por factores, órdenes y una mayor lupa táctica.
A las casi 16:00 hemos finalizado una partida épica, que ha pendido de un hilo en numerosas ocasiones. No hemos jugado ni con niebla de guerra ni con todo el jolgorio de los señuelos ni la inteligencia, así como tampoco hemos usado las cartas que añaden incertidumbre: se trataba de aprender el sistema en su vertiente táctica, cómo mover con las órdenes, lo complicado que es cambiarlas, la rigidez de las decisiones de hace unas horas, los asaltos sangrientos, el uso de la caballería, peligrosísimo aunque frágil estilete de hielo, cuándo ceder terreno a cambio de minimizar bajas... Y debo decir que a pesar de estar jugando con "la mitad" del juego, las sensaciones no han podido ser más positivas.
El francés tan solo cuenta con dos formaciones: el cuerpo de Víctor, que además es Jefe de Ejército, y la caballería de Latour. El temible Lassalle y sus feroces húsares estaban integrados en el cuerpo de Víctor. Defendiendo Don Benito se encontraban las cinco divisiones de Cuesta, con manifiesta superioridad, pero de inferior calidad.
Mi plan no era demasiado elaborado: contener a los españoles con Víctor mientras Latour se posicionaba en la colina al Este de la Venta de Granda, para cuando lo considerase adecuado, caer sobre los trabados españoles: demasiado fino para las rigideces de mando de este juego, como pronto vería.
El plan español era aún más básico: orden de ataque generalizada. Con unos niveles de mando espantosos, la orden de ataque es, paradójicamente, la que permite mayor flexibilidad. Es cierto que es una apuesta de todo o nada, pero permanecer en "defensa" habría permitido a Víctor atacar cómodamente cada división una a una.
En el resto de las fotos comento el desarrollo de la partida. Ha sido muy, muy frenética pues a pesar de dos golosísimos hostiones que han sacado a las divisiones de del Parque y Portago de la batalla, pronto me he dado cuenta del hueco que había dejado por Mengabril. Henestrosa se ha colado por allí hasta colocarse en Medellín, cortándome el acceso a mis fuentes de suministro (menos mal que lo ha conseguido a las 13:00, justo una hora después de que se chequee este concepto en batalla a las 12:00).
A pesar de que estaba, literalmente, volatilizando a brigada tras brigada española (cuando la caballería de Latour ha llegado a la colina, no quedaba ninguna unidad española a la que asaltar por la espalda), de nada servía si terminaba la batalla sin suministro, así que Víctor ha tenido que cambiar la orden, con un retraso de 1 hora. Eso dejaba a las divisiones de Iglesias y Alburquerque a mis espaladas (la última rechazó un épico ataque de más del doble de factores), pero era Medellín o la derrota.
Al menos Latour ha reconquistado Mengabril de vuelta a Medellín (se han pasado 12 horas de batalla sin combatir, cambiando hasta tres veces de sentido, pero conquistando los lugares clave).
Sacando hasta dos "acciones iniciales" seguidas (una mecánica que hace que en las activaciones por chits también se note la calidad de los líderes), Henestrosa se ha colocado tras el aciago puente de Los Austrias sobre el Guadiana: la cerradura a mis depósitos. Abnegado, el cuerpo de Víctor ha vuelto a su lugar de despliegue y se ha preparado para lanzar un suicida asalto a través de los 12 arcos que lo componen, sin descuidar que por detrás avanzaban, cautas, las dos últimas divisiones españolas.
Y bueno, esto mejor os lo cuento ya en las fotos. Épico, glorioso y al límite.
Muy, muy bien en esta primera fase de aprendizaje manejando situaciones tácticas, movimientos y órdenes.

Bonita efeméride, pues la batalla tuvo lugar el 28 de Marzo.

Víctor cruza el Guadiana temerariamente, con las tropas de Cuesta preparadas en arco para empujarle contra el meandro.

Movimientos iniciales. Lo de la caballería de Latour ha sido una buena novatada: aquí hay que jugar a varios turnos vista, pensando en cómo será la situación cuando tengan que cambiar la orden (la cual, por cierto, no llega inmediatamente...).

Pierdo a la brigada alemana de Porbeck a cambio de dos divisiones españolas: no va mal. Sin embargo, los españoles se cuelan hasta Medellín y se atrincheran al otro lado del puente de los Austrias, taponando mi línea de comunicaciones.

Víctor tiene relativa suerte al organizar a sus divisiones y consigue, en 1 hora, cambiar su eje de progresión 180º, hacia sus posiciones de partida.

El asalto a través de puente es muy difícil: tan sólo puedo apilar una división y enviarla a cruzarlo, y además lo hace a la mitad de fuerza.

Es por ello que envío a la artillería del cuerpo y una batería divisional a que bata a los defensores, con la esperanza de desorganizarlos antes.

¡Con tan buena suerte de que no solo los desorganizan, sino que aniquilan de enfilada a una brigada entera! Los españoles han pagado muy caro la densidad de fuerzas concentrada al otro lado del puente, lo que ha mejorado las probabilidades de mi bombardeo.

Este es el puente de los Austrias hoy en día. hace dos siglos bajaba rojo...

Mando al asalto a mi mejor división, la tercera. Meunier y Cassagne se lanzan como locos con el Águila en cabeza, envalentonados por la escabechina que las "belles filles" han logrado. En un baño de sangre cae toda la brigada de Cassagne, pero Zayas también, dejando al otro lado del río tan sólo una unidad de caballería y una débil batería (esta vez no hemos decidido desengancharnos para sufrir la mitad de bajas, una mecánica divertidísima que se decide tras ver las bajas: el control del puente era a vida o muerte).

Latour por fin recibe la orden de avance hacia el sur, a Don Benito. Víctor necesita estar apilado con su HQ para enviar órdenes, y ha estado muy liado organizando el asalto a través del pueblo. En veloz cabalgada, la caballería imperial ha tomado el tercer objetivo geográfico de batalla con las últimas luces del sol sin oposición.

Pero la batalla no estaba ganada: a pesar de haber derrotado a tres divisiones españolas, el 60% de su ejército, Cuesta aún confía en que el cuerpo de Víctor pierda la confianza y se retire a lamerse las heridas (tres brigadas fuera de combate). O lo que es mejor, que la organización quede desmoralizada, para lo que tan sólo debe lograr eliminar tres factores más...

¡Y allá que van! Consigo pasar las tiradas de confianza, pero de estoy a punto de quedar desmoralizado y entregar Medellín a unos españoles que ganarían así la batalla más estúpida del mundo (60% bajas y no controlan ni un sólo pueblo objetivo).

Víctor dispone a sus hombres en posición defensiva, haciendo de la aproximación un verdadero infierno de arcos de tiro de hasta cinco baterías. El primer asalto se salda con fracaso, e Iglesias se retira.

¡Pero el segundo, con el sol ya menguando, triunfa! Es un decir, claro. Me refiero a que me elimina la cuarta brigada, y deja al cuerpo de Víctor desmoralizado. Sin embargo las divisiones españolas lo han pagado MUY caro, y ahora están a su vez desmoralizadas y muy débiles...

... y Víctor aún no ha sido activado. A las 7 de la tarde, y con sus tropas a punto de quebrarse, ordena ataque general: los regimientos de Lasalle envuelven a lo que queda del ejército español, mientras 5 baterías lo demuelen sin piedad. Para cuando llegan las brigadas de Barrols y Rousseau, no queda un sólo espartano hispano vivo. VICTORIA TOTAL FRANCESA, pero recordemos... Hasta el último turno podría haber pasado cualquier cosa.