Elegantes los dolmanes bailaban al viento mientras retumbaba el suelo al paso de los caballos...¡los dragones de la Emperatriz cargaban con el brillo del valor en sus ojos!
Enfrente, asustados pero firmes, medio batallón de jóvenes granjeros sin apenas instrucción, asustados, desordenados, viendo cómo la élite de Napoleón carga contra ellos...
¡Y lo imposible ocurre! Mordiendo los dientes aguantan impertérritos que se acerquen los dragones, y sin callar sus gritos de miedo y valor al mismo tiempo, logran desbaratar la carga de los mejores entre los mejores.

