Un coleccionista (serio) de sellos o monedas participa en exposiciones y muestra sus posesiones, intercambia con otros similares en actos públicos y privados, tanto a nivel nacional como internacional, pudiendo transportar de un modo fácil sus colecciones. No sé si los coleccionistas de juegos hacen esto o si la finalidad última de cada adquisición es la mera contemplación de una caja.
Por suerte, para gustos están los colores y cada uno de nosotros somos un mundo distinto, y cada uno disfruta con diferentes aspectos de la vida.
Paseando por el mercadillo de bsk, ¿no os sorprenden el montón de juegos que se venden precintados, sin destroquelar o con sólo una partida? ¿Tanto nos equivocamos al comprar?
Cita de: Scherzo en 22 de Septiembre de 2016, 22:11:59 Por suerte, para gustos están los colores y cada uno de nosotros somos un mundo distinto, y cada uno disfruta con diferentes aspectos de la vida.Con tu argumentación me has dejado bastante más claro el sentido coleccionista, cuyo núcleo es un sentimiento de pertenencia, algo así como un deseo de posesión que proporciona placer por el mero hecho de saber ya lo tienes, y todo ello unido a la evidente posibilidad de poder utilizar los objetos coleccionados. Yo he tenido este sentimiento en multitud de ocasiones, tanto con juegos como con otras cosas. Lo que pasa es que hay otros factores externos que pueden condicionarte o en otros casos apoyar tu idea, todo ello al margen del nivel económico de cada uno.
Pero Scherzo, ¿no crees que los juegos envejecen fatal?Hablo de mecánicas y sensaciones. Son pocos, muy muy pocos, los juegos "viejos" que resisten la prueba del tiempo y que yo metería en una colección. No hace tanto jugué a El Grande y Goa, dos auténticos tótems 10 años atrás y la verdad me dejaron sensaciones raras. De juegos rancios. Cajas que no me apetece tener en la estantería. Y estos eran auténticos primeras espadas, imagina toda la morralla y los juegos "segundones" de hace 10 años. ¿Quién quiere esas cajas? Yo no.
Lógicamente, el aspecto económico y el aspecto de espacio, son los dos problemas principales. En mi caso, es mi afición principal, y el dinero que tengo para ocio, es en donde lo invierto. A cambio prescindo de otras cosas, no tengo coche/moto (que no dejan de ser un gasto continuo mes a mes y por suerte de momento con el transporte público he podido vivir: el coste del propio vehículo, gasolina, impuestos de circulación, averías, ITV, aparcamiento...), salgo poco, etc. Por lo que en realidad al final la inversión económica es bastante comedida en comparación a otro tipo de entretenimiento.