Y por favor no confrontamos más ciencia y filosofía que no lleva a nada y además el hilo, como muchos otros, no va de eso.
Citar No hay autoridad para pensar que la materia es la realidad en sí misma, independiente del conocimiento, y que la consciencia sea un efecto de ella.¿De verdad?
No hay autoridad para pensar que la materia es la realidad en sí misma, independiente del conocimiento, y que la consciencia sea un efecto de ella.
CitarYo también creo que "El mundo y sus demonios" debería leerse en las escuelas. Pero solo si es desde un punto de vista crítico, para debatirlo, como cualquier otra obra humana, no para imponerlo como un dogma.¿Imponerlo como un Dogma? ¿Has dicho Dogma?
Yo también creo que "El mundo y sus demonios" debería leerse en las escuelas. Pero solo si es desde un punto de vista crítico, para debatirlo, como cualquier otra obra humana, no para imponerlo como un dogma.
De hecho la exposición del punto de vista de la filosofía es como exponer el punto de vista de la teología, puede ser interesante o no, pero realmente no invalida nada de nada. Lo que propone el filósofo y el científico es igual de correcto según que individuo lo observé.
Cita de: madelcampo en 22 de Diciembre de 2016, 20:55:34 La verdad no “está ahí fuera”, en toda esa inmensidad de tiempo y de espacio. Está en lo más inmediato. En nosotros mismos, en el misterio de nuestra vida, nuestro ser, nuestra consciencia, nuestra voluntad, nuestro deseo, nuestro dolor y nuestro placer. Un misterio al que jamás puede accederse mediante nuestro conocimiento, limitado por evolución a las necesidades vitales como especie y que ni siquiera nos sirve para llegar a la comprensión última de los fenómenos más simples, como entender qué es una fuerza, por qué algo, una partícula, se mueve, interacciona, atrae a otra, o qué es en realidad el tiempo o el espacio. Y de esta insuficiencia intrínseca del conocimiento, surge la necesidad metafísica del ser humano, que desemboca en las religiones (tan criticadas por Sagan), ante el sentir inconsciente de que hay y siempre habrá un misterio en la vida.Nos cuesta darnos cuenta de que hace sólo un siglo no teníamos todavía ni idea de qué había más allá de las nubes sobre nuestras cabezas.
La verdad no “está ahí fuera”, en toda esa inmensidad de tiempo y de espacio. Está en lo más inmediato. En nosotros mismos, en el misterio de nuestra vida, nuestro ser, nuestra consciencia, nuestra voluntad, nuestro deseo, nuestro dolor y nuestro placer. Un misterio al que jamás puede accederse mediante nuestro conocimiento, limitado por evolución a las necesidades vitales como especie y que ni siquiera nos sirve para llegar a la comprensión última de los fenómenos más simples, como entender qué es una fuerza, por qué algo, una partícula, se mueve, interacciona, atrae a otra, o qué es en realidad el tiempo o el espacio. Y de esta insuficiencia intrínseca del conocimiento, surge la necesidad metafísica del ser humano, que desemboca en las religiones (tan criticadas por Sagan), ante el sentir inconsciente de que hay y siempre habrá un misterio en la vida.
Ni de lo que era el átomo, con el que todo está hecho.
Qué eran las estrellas? Era el Sol una de ellas? Por qué nos ilumina? Cuánto tiempo más podrá hacerlo? Tuvo el Universo un inicio? Tendrá un final? Cómo los átomos del sistema solar dieron lugar a seres vivos?
Puede haber otros seres vivos "ahí afuera"? Podríamos contactar con ellos? Es un privilegio formar parte de las primeras generaciones de nuestra especie (y de todas las que nos han precedido) que han podido romper las barreras tecnológicas, y las metafísicas que nos decían que la verdad no está ahí fuera, para ir ahí fuera y responder a casi todas esas preguntas.
En su libro, Christophe Galfard hace una comparación interesante con los dinosaurios. A pesar de que reinaron sobre la Tierra mucho más tiempo que nosotros, y con mucha más autoridad, no fueron capaces de evitar su destrucción porque no tenían ni idea de lo que había más allá. Nosotros somos más fuertes, y es nuestra capacidad de buscar respuestas (no fantasías ni elucubraciones) lo que nos da esa fuerza. Si un día otro asteroide se acerca a la Tierra, sabremos lo que es, podremos predecir su trayectoria, seremos capaces de desviarlo.
Aunque el libro no me ha enseñado nada nuevo, me ha gustado el optimismo que transmite haciendo hincapié en todo lo que hemos llegado a saber en las pocas decenas de años que nos preceden. En contra de los agoreros que venden generalidades como que aún no somos capaces de comprender los fenómenos más simples. Somos capaces. Sabemos que el Sol nos ilumina 'quemando' su Hidrógeno, sabemos que se le acabará dentro de 5.000 millones de años, sabemos que para entonces tendremos que haber aprendido a viajar a otras estrellas. Hace 100 años nadie sabía esto, ni era capaz de filosofar sobre ello.
Por un lado, la ciencia es lo opuesto del dogma, el conocimiento cientifico es siempre provisional y sujeto a revisión. Ningún científico te dirá "la realidad es así", sino más bien "la realidad es así, al menos según lo que sabemos ahora". Si el enfoque utilizado para enseñar ciencia no parte de esta premisa, se comete un grave error de concepto.
Por otro lado, la idea de que la realidad no es más que una interpretación subjetiva que hacemos de un fenómeno sensorial incognoscible en esencia es por supuesto perfectamente defendible, pero en lo personal me parece poco interesante porque desarrollada al extremo lleva al solipsismo que es un callejón sin salida, una especie de "pa qué molestarse" filosófico. Desde un punto de vista epistemológico seguro que se puede plantear que identificar la percepción de nuestros sentidos con una realidad común y externa al individuo es un salto de fe, pero al menos es intelectualmente honesto y sobre todo una explicación más simple y "occamiana" si quieres que dar por buena una especulación sin más fundamento que una remota plausibilidad; lo contrario sería tirar por la borda las vacunas, la fibra óptica, los satélites artificiales y la teoría de la evolución, y sólo porque existe la posibilidad de que el mundo sea un espejismo. En "Manual del Autoestopista Galáctico", Douglas Adams se cachondea un poco de esta idea cuando presenta unos seres trans-dimensionales que habían creado la tierra de forma artificial e incluso habían enterrado todos los fósiles para crear la ilusión de un pasado inexistente.
Y en cuanto a la perspectiva filosófica de Sagan, a mí al contrario me parece profundamente humanista y por lo tanto subjetiva. Es decir, el universo es un espectáculo maravilloso simplemente porque nosotros lo sentimos así; en otra frase famosa que resume este sentimento, dice que "somos el medio por el que el universo se conoce a sí mismo".
Es muy loable que des largas respuestas a todo madelcampo. Pero insisto que el hilo, como otros en los que se habla de ciencia, no va de un enfrentamiento dialéctico entre ciencia y filosofía. Que se puede abrir un hilo para debatir una cuestión como esa, que es interesante. Pero personalmente me canso de que cada hilo en el que se habla de ciencia pase por esta fase.En este caso es más sangrante, con todos mis respetos. Estamos intentando hacer un homenaje a un divulgador científico sin igual, es un hilo homenaje a Sagan porque hace 20 años que se fue. Estaría bien dejar el offtopic y el enfrentamiento para otro lugar, que hilos hay muchos. Disculpad si he sonado vehemente.
Pero a menudo aparece alguien con la cantinela de que no sabemos nada. Suele ser gente sincera, que no sabe nada, pero que nos quiere incluir a todos en su ignorancia.
Don't feed the philosopher.
¿ Y por qué habría que tirar por la borda las vacunas, la fibra óptica y todo lo demás? No, la ciencia puede ser instrumentalista, servir para el desarrollo tecnológico, desarrollarse por completo dentro de nuestra representación del mundo, completamente al margen de pretender que se conoce o se puede conocer todo.
Cita de: madelcampo en 23 de Diciembre de 2016, 13:35:17 ¿ Y por qué habría que tirar por la borda las vacunas, la fibra óptica y todo lo demás? No, la ciencia puede ser instrumentalista, servir para el desarrollo tecnológico, desarrollarse por completo dentro de nuestra representación del mundo, completamente al margen de pretender que se conoce o se puede conocer todo.Cierto. ¿No vistéis Galactica? Tanto renegar del progreso para dejar atrás todo el legado cylon, y va y en unos miles de años la liamos igual o peor. Perdón por el offtopic, que no me he podido aguantar.Por otra parte, recuerdo con cariño la serie Cosmos de cuando era crío. Sagan era un divulgador muy importante en su momento, aunque no creo que hoy hubiera destacado tanto. Es lo que tenía la TV de entonces con la cran cantidad de oferta de comunicación que hay hoy en día.