Y todo en un un entorno relajado donde poder hablar con tapujos, como decía Galeana, donde aquella que se saliese del guión y dijese no ver discriminaciones sería vista como una traidora. Un espacio seguro, libre de los indeseables hombres, que podrían juzgar, humillar y cuestionar, ya que las mujeres, por serlo, son incapaces de ello, como dice la organizadora:
"Intercambiar experiencias y opiniones cuando la audiencia es parte afectada es siempre más eficiente y seguro, ya que es posible expresarse sin temor a sentirse juzgada, humillada o cuestionada."