Pero últimamente la más angustiosa que he visto es Le Scaphandre et le papillon, de Julian Schnabel, un peliculón impresionante basado en hechos reales (lo que hace que te encojas aun más en la butaca). Esta película ha obtenido una ristra enorme de premios y nominaciones, entre ellos el premio a la mejor dirección concedido por el festival de Cannes (casi ná).
Así a bote pronto me vienen a la cabeza un par de escenas de Irréversible de Gaspar Noé.
Pues a mi no me dejo mal cuerpo, sino que me parecio una bonita oda a la vida. En las antipodas argumentales de Mar Adentro.