Alcanzada una conclusión entre todos, y es que, sin ponernos de acuerdo en la causa, sí nos ponemos de acuerdo en que existen diferencias de comportamiento entre hombres y mujeres hacia los juegos de mesa que conocemos
Pensator, no te entiendo. Estamos de acuerdo en que no hay componente biológica en el asunto, siempre que sale esta discusión cíclica lo digo. Pero ¿No es lo social? ¿Entonces según tu qué es? A mi entender la cuestión principal es que la mujer no ha disfrutado de los mismos derechos que los hombres, ha sido considerada e incluso hoy día es considerada en algunos ámbitos una menor de edad física y mental, la cuestión es que la mujer no ha podido expresar inquietudes excepto en el ámbito privado. El juego tradicional en el bar o en la tasca era algo reservado exclusivamente a los hombres, mejor dicho, sigue siendo algo reservado en exclusividad a los hombres en la mayor parte del mundo. La cuestión es que toda demostración femenina de competitividad ha estado mal vista en España hasta hace muy pocos años, y en la mayor parte del mundo sigue estando mal vista y es incluso perseguida. Las olimpiadas de Paris de 1900, segundas de la era moderna, admitieron por primera vez a las mujeres en deportes competitivos. Solo había dos especialidades en las que podían competir, golf y tenis. El famoso barón Pierre de Coubertin (si, el guay, el del espíritu olímpico) se lamentó de la presencia de mujeres en la competición y afirmo públicamente y en la prensa que la presencia de mujeres no ya competiendo, sino entre el publico resultaba antiestética y contraria al espíritu de competición.¿La mujer es ajena al juego? Lo que hay que oír, en Luxor existen murales de Nefertari con mas de 3000 años jugando a las damas y al Senet.P.S: Por cierto, el rol se le da igual de bien a las personas imaginativas de cualquier sexo e igual de mal a las personas poco creativas.
Pero en el fondo es lo que muchos decís, que la mujer tiene unos genes distintos e implícitamente peores ya que no se dedican a esta afición que tanto nos gusta.
Otro que ve fantasmas de genes inferiores, que no, iguales pero diferentes. Lo de implicitamente lo crees por que deduces que si no les gusta lo que a ti son inferiores. Porque claro lo que te gusta a ti es "superior".Y lo de la ley de Godwin ha sido genial, es verdad, nos ha llamado nazis, a estas alturas, .Un saludo.
Y la parte de que a las mujeres nos gusta más lo del "componente social y comunicativo" pues me da un poco de risilla también... Más que nada porque me suena a lo de cómo las mujeres quedamos para tomar té con las amigas mientras los hombres hacéis otro tipo de cosas. Y me acuerdo de cómo de pequeña mis amigas querían jugar a las cocinitas y a tomar café, y me da un ataque de no-nostalgia que me muero...
Yo juraría que decanox estaba siendo irónico... Lo sé porque si no mi radar de feminista loca se habría activado, y mi katana ya se habría encontrado con su cuello...
La percepción del lugar (invisible) que debía ocupar la mujer en la sociedad contemporanea comenzó con ideólogos de la talla de Rousseau, en su afamado "Emilio y la educación" dice: "Dad al hombre un oficio, que convenga a su sexo, y al joven un oficio que convenga a su edad; una profesión sedentaria o casera, que afemina y ablanda el cuerpo, no le agradará ni le convendrá. Nunca un joven aspiró espontáneamente a ser sastre; es preciso arte para llevar a ese oficio de mujer el sexo para el cual no fue hecho. La aguja y la espada no pueden ser manejadas por las mismas manos.(...) Prohibo a mi alumno los oficios malsanos, no por lo tanto, los penosos, ni los peligrosos. Estos ejercitan al mismo tiempo, la fuerza y el coraje; solamente a los hombres les conviene; las mujeres no aspiran a ellos. ¿Cómo no tienen ellos vergüenza de usurpar lo que ellas hacen?. Una mujer perfecta y un hombre perfecto no deben asemejarse, ni de espíritu ni de fisonomía (...). Uno debe ser activo y fuerte, el otro pasivo y débil: es necesario que uno quiera y pueda, basta que el otro resista un poco. La mujer y el hombre son hechos uno para el otro, pero su dependencia natural no es igual: los hombres dependen de las mujeres por sus deseos y sus necesidades; nosotros subsistiríamos más sin ellas de lo que ellas sin nosotros.(...). Por la propia ley de la naturaleza, las mujeres, tanto por ellas como por sus hijos, están a merced del juicio de los hombres; no basta que sean estimables, cumplen con su deber siéndolo; no basta que sean bellas, es preciso que agraden; no basta que se comporten bien, es preciso que sean reconocidas como tal; su honra no está apenas en su conducta, está en su reputación, y no es posible que la que consiente comportarse incorrectamente, sea un día honesta." Esto fue mucho más potente de lo que creemos, impregno de tal manera a la sociedad que todavía esta presente en nuestro juicio.