Hombre, jugar per se no implica que tenga que haber más gente. La definición de jugar es esta:"Hacer algo con alegría con el fin de entretenerse, divertirse o desarrollar determinadas capacidades."
En el caso de los solitarios, la parte social es la que compartimos en el foro. Quizás por eso somos un grupito tan ruidoso. Que los juegos de mesa sean actividades sociales es una pura convención. Más de uno de nuestros tatarabuelos hacía solitarios con cartas. Cualquier vaquero del oeste que se precie, por ejemplo, llevaba su baraja. Los juegos de mesa como solitarios existen de toda la vida: yo de niño jugaba mucho solo, siendo mis hermanos bastante más pequeños que yo. Desde el Parchís hasta el Exin Basket, mil veces he jugado solo con eso que ahora llamamos pomposamente 'variantes', inventadas por mí al momento, y la mar de contento.Y es verdad que los franceses los llaman jeux de société, pero es que los juegos de mesa hoy han cambiado tanto y tienen tantas formas diferentes, que hasta un cuadernillo de sudokus, que es mogollón de solitario, podría considerarse como tal (en vez de roll and write, llámalo think and write, y ahí lo tenéis).A mí me gusta jugar de las dos maneras, solo y en grupo. Pero me pasa que cuando estoy con mis amigos, tenemos tantas cosas que contarnos que nunca nos ponemos a jugar. Es decir, que con la gente con la que me gustaría jugar, al final prefiero no jugar. Y mis hijos son pequeños todavía...Para mucha gente funciona mejor tener un grupo específico, no necesariamente de amigos, y convertirlo en una actividad programada. En mi caso, tener otra actividad programada más no es fácil. Y el solitario me permite distracción, concentración en un mundo alejado de los problemas del día a día, y un necesario ratillo de soledad. La mayoría de las veces no acabo las partidas. Los juegos son largos y no tengo el tiempo que quisiera. Pero tampoco me importa, porque otra cosa buena del modo solitario es que no lo siento como una competición, ni algo que tenga que acabar sí o sí, sino como un entretenimiento bonito y sesudo. Que tengo que dejarlo a la mitad, pues tan ricamente.Vengo de los videojuegos. Y vengo porque cada vez son más exigentes y demandan días, semanas, meses, para ofrecer un sentido de progresión. Y porque así reduzco el uso de pantallas (¡aunque aquí estoy escribiendo!). Y sobre todo, porque así los niños no se enganchan a ellos. Lo que no me apetece nada es jugar a juegos de mesa en versión digital; para eso prefiero los videojuegos de verdad... La experiencia que disfruto en los juegos de mesa no cabe en un medio digital.
A mí me parece que estas generalizaciones, considerando que el juego es social por naturaleza, y que el juego en solitario es una deformación reciente de la norma, no tienen demasiado sentido. Es como decir que el juego es infantil por naturaleza, y que los juegos no infantiles son sólo una tendencia reciente y marginal. Y fundamentar esa opinión en que hay muchos más juegos de mesa infantiles en el mercado, que se fabrican desde hace más tiempo, que su volumen de ventas es muchísimo mayor que el de juegos para adultos, y que sólo en los últimos años ha aumentado el diseño, la producción y el consumo de juegos de mesa por parte de adultos. He seguido el mismo razonamiento que Ben. Pero apostaría a que Ben no considera los juegos de mesa como una afición infantil.