Si no he entendido mal a Bardo, el se queja de que no hay nada más allá de la posesión. Probablemente cuando eramos niños y disfrutabamos unos días, unas semanas, unos meses, de la moto del geyperman, del barco pirata, de lo argamboys, del tente, de "El último puente". Parece como si buscaramos reproducir esa misma sensación comprandonos juguetes, pero el milagro no se produce. Antes nos pasabamos horas pegados a los escaparates "¡Me lo pido!" a lo que siempre replicaba algún envidioso "¡Me lo he pedido yo antes!". Ahora nos pasamos el rato delante del monitor intentado saber que juego nos puede provocar ese mismo estado de magia. Pero eso es imposible, ahora el deseo es mucho más fácil de satisfacer, y, sobre todo, nos hemos mayores. No era magia era la edad, ajena a la calidad de la mayoria de los juguetes. ahora lo que debemos es dirigir una mirada adulta, mira que es díficil, a los juegos y ser capaz de verlo por lo que son. Y que la satisfacción que nos pueda dar es mucho más pedestre. Lo otro, pensar que todavía es posible, es un vulgar fetichismo que no lleva a ningún lado.
[....]............ la magia,y ese deseo maravilloso, se desvanecen.....
Yo todavía soy niño, [....]
[....] en la pared de baldosas de la cocina.
A mí me pasa constantemente, una vez al mes, al menos.Yo creo que es porque tenemos demasiados juegos y muy poco tiempo, y la ilusión principal se devía del juego en si a la compra del mismo.Creo, sinceramente, que con la décima parte de juegos disfrutaría más.
A mí me pasa constantemente, una vez al mes, al menos.Yo creo que es porque tenemos demasiados juegos y muy poco tiempo, y la ilusión principal se desvía del juego en si a la compra del mismo.Creo, sinceramente, que con la décima parte de juegos disfrutaría más.