Mis padres siguen mirando con horror todo lo que huela a "juegos de esos de asesinos que te pudren el cerebro". Así que, como podéis adivinar, nunca he sacado ningún juego a la mesa con ellos. Y lo cierto es que me da mucha pena.
Mr. Punch ya es tarde para cambiar su opinión. O lo ven como algo "raro" o como algo "infantil". Jugar en familia al Continental y a la Canasta. Y ya ni eso.