Un ejemplo sencillo: si hago una traducción de un juego y me pagan 600 euros por ella y producen 2000 ejemplares, el coste de traducción será de 3 euros por unidad; si en cambio producen 20000 ejemplares, el coste será de tan solo 30 céntimos.
Se te ha escapado un decimal. Una traducción de 600€ con 2000 ejemplares, serían 0,30€ por unidad de traducción y con 20000, 0,03€.Pero por lo demás, tienes más razón que un santo.La pena que suele dar trabajar en este país es que no se valora el producto nacional y cuando otros países como Italia (como bien señalaba Acv en su blog) o Checoslovaquia o Polonia, están apostando fuerte por diseños nacionales que aunque en su pais no vendan tanto ya que son mercados pequeños, sí que son rentables económicamente a base de vender licencias y que los juegos se vean en España, Francia, Alemania, EEUU...
Aquí, salvo humildes excepciones, se va a la compra de producto de importación que es algo más seguro de hacer, con menos quebraderos de cabeza y mucho más económico ya que la licencia de un juego ya realizado, al que otros le han hecho todos los testeos pertinentes, con las ilustraciones y diseño ya completito sale más barata que ponerte a construir un juego de cero y tener que decidir todo eso: tener que testearlo y pulirlo, tener que decidir el estilo gráfico y contratar las ilustraciones y diseño, etc...
Entonces el problema es que no hay suficiente inversión o que no hay suficiente materia prima?un saludo
Mientras sigamos pensando que los juegos son caros no iremos s ninguna parte.LOS JUEGOS NO SON CAROSPueden ser más caros que en otros sitios o más caros que en una tienda online, pero objetivamente como ya se ha dicho muchas veces un juego no es caro para lo que te ofrece. Una camiseta del Madrid por 90 € es cara, una cena para 2 por 70 € es cara, un coche por 80.000 es caro, y podría estar toda la mañana poniendo ejemplos de cosas caras (un parlamento con 350 inútiles apretando botones para votar es caro, pero ese es otro tema )Un Through The Ages (por ejemplo) por 60 € es barato, un Agrícola por 50 € es barato, un Carcassonne por 20 € es un regalo. La felicidad y las horas de diversión y buenos ratos que te aporta un juego no tiene comparación con otros productos. ¿Cuantos juegos de mesa compra una persona "normal"? No más de 5 al año, no es un entretenimiento caro. Se supone que nosotros somos los que más conocemos y apreciamos esos productos y somos los primeros en decir que son caros, no lo comprendo. Una persona que no sabe lo que encierra una caja con un Puerto Rico dentro puede llegar a pensar que 40 € es mucho dinero para un jugute (aunque luego se gaste 80 € en un Lego de Star Wars), pero que alguien que ha jugado a Puerto Rico ha disfrutado con el juego piense que es caro... no lo entiendo. Así nos va.El mercado en España es el que es, la situación económica es la que es y los españoles somos como somos, y los castes de producción o de derechos ya sabrán los que son las editoriales los que son, y estoy seguro de que nos venden los juegos lo más baratos que pueden, os recuerdo que lo que quieren es vender, y que precios altos injustificados lo único que harían es disminuir sus ventas. Los diseñadores, ilustradores y demás profesionales de la industria tal vez deberán busacarse la vida fuera de aquí, como tiene que ir haciendo los médicos, los ingenieros, los arquitectos, etc. Seguro que nos sentimos orgullosos cuando vemos un nombre español en una caja en alemán, en inglés o en polaco, y creo que eso va a pasar cada vez más. Y, espero que no, pero tal vez el nombre del autor o del ilustrador sea lo único que veamos en español en un juego en el futuro.
Se ha usado el término caro en la comparación del mismo juego en otros países, y creo que es una afirmación correcta. Eso motiva a intentar buscar posibles soluciones para abaratar el precio de un juego, otra cosa es opinar que es caro o no según nuestra escala de valores.
Pues entonces la solución es comprar fuera que la industria del juego en español se hunda y sacarnos a muchos del mercado por no dominar el inglés o el alemán o forzarnos a llorar por tradumaquetaciones que a la larga pueden hacer que el juego se encarezca sobre ese mismo juego si estuviera en español