Pues lamentablemente las sensaciones que tuve cuando lo jugué hará un año se han mantenido: el juego es una simulación sencilla y agradable de la Segunda Guerra Mundial, pero hay algo en el diseño que lo hace repetitivo. A pesar de las limitaciones del escenario de campaña, se me antoja complicado que el alemán no centre sus esfuerzos en noquear a Rusia.Aquí vemos a los rusos fuera de combate y a los Poderes Centrales que solo tendrán que decidir si irán a por Italia o a por Francia. Como digo, veo difícil que no se repita un esquema similar cada partida.Así que, con gran pesar, al mercadillo que va.
Cita de: natx17 en 28 de Noviembre de 2018, 08:54:38 Pues lamentablemente las sensaciones que tuve cuando lo jugué hará un año se han mantenido: el juego es una simulación sencilla y agradable de la Segunda Guerra Mundial, pero hay algo en el diseño que lo hace repetitivo. A pesar de las limitaciones del escenario de campaña, se me antoja complicado que el alemán no centre sus esfuerzos en noquear a Rusia.Aquí vemos a los rusos fuera de combate y a los Poderes Centrales que solo tendrán que decidir si irán a por Italia o a por Francia. Como digo, veo difícil que no se repita un esquema similar cada partida.Así que, con gran pesar, al mercadillo que va. Pos no es tan mal juego Naxt, aunque entiendo lo que dices. Pero si no e importa te daré mis impresiones de este juego. La victoria alemana pasa inevitablemente por dos sitios, o conquistas París en los primeros turnos (después será más complicado) o echas a los rusos de la guerra (cuanto antes mejor). Y el juego está orientado a eso fundamentalmente, y te incita a que en cada partida intentes provocar el histórico colapso ruso. Por eso la estrategia de todos los que lo juegan como alemán es la de ir con todo a por Rusia. El jugador Aliado ya debería contar contar con ello desde el principio y buscar presionar al alemán en otros lugares o en el propio frente occidental. A mi particularmente me gusta mucho la mecánica de las cartas de tecnología y usamos en cada partida la variante de no mezclar las cartas inservibles hasta haber sacado al menos una tecnología válida, así no volverás a sacar la misma otra vez sin antes haber conseguido un avance. Hemos jugado partidas en la que los rusos han resistido hasta el final, y otras en las que se han desmoronado muy pronto. También hemos jugado una en la que se rindió Turquía, y otra en la que la flota británica se fue a pique en dos turnos fatales. Con ello quiero hacer ver que hemos tenido variabilidad, y no es un juego largo y pesado lo cual nos resulta muy útil porque en un solo día podemos empezar y acabar, y nos vamos turnando facciones cada vez. Al contrario que tu, éste se queda para siempre en casa.
La tarde pasada pudimos retomar el Fall of The Third Reich, de Compass. Un juego que siempre nos ha dejado buen sabor de boca. En esta ocasión fuimos cuatro y pudimos jugar -en unas tres horas y pico- hasta el otoño del 44. Abajo, una vista general de cuando hubo que levantarse de la mesa.En el frente occidental, las cosas iban bien para los aliados: Italia prácticamente había caído por completo y en Francia las unidades blindadas aliadas se acercaban a la frontera germana. En mi opinión el OKW se confió demasiado y facilitó que la inmensa mayoría de los recursos disponibles se dirigieran al este.A cambio, el ejército soviético avanzaba a duras penas. Muy retrasado respecto a su escala histórica, no pudo realizar casi ningún cerco relevante (por no hablar de los resultados de Bagration).Una vez más, la experiencia fue positiva. Yo ya lo he probado unas cuantas veces (también otro de los cuatro) y he visto que nos ha dado, con frecuencia, resultados diferentes.A estas alturas también puedo decir que es un juego con dos partes bien diferenciadas. Una primera bastante equilibrada, donde el desgaste aliado se va notando muuuuy poco a poco (incluido el esfuerzo aéreo estratégico, que se diría como una mosca picando a un elefante) y una segunda -los últimos cuatro o cinco turnos- donde los acontecimientos se precipitan y se ve el resultado de ese hostigamiento constante. Y del buen hacer o no de los jugadores, claro. Una pena que -seguramente- no podremos acabarlo, pero la tarde ha sido muy divertida.