Había escrito un tocho sobre el tema, pero habiendo leído a los demás no tengo mucho que decir. La animación actual es, en general, muy superior a la de antaño. Tengo 38 años y he tratado toda la tele habida y por haber. Las series de entonces estaban bien, vistas ahora son, muchas, muy duras de tratar. Aldea del arce era terrible, por cierto. La animación y la música tenía un pase, pero la serie era infumable. Cosas como Steven universe tienen más profundidad y más creatividad en un episodio que los muchas de nuestra época enteritas.Pepa pig es un una niña insoportable si, pero en la mitad de los capítulos le hacen ver que no debe comportarse así, y ella lo aprende. No me parece tan mal. Vamos que hay que ver las cosas despegandose de la nostalgia y siendo objetivo. La animación hoy es asombrosa en muchos sentidos y si te vas al cine no te digo. Inside out, por ejemplo, es soberbia. (aunque poco infantil tambien)
La nostalgia nos puede... menos mal que están Phineas y Ferb para salvarnos del tedio
Por ejemplo En Up (2009) muere la mujer del protagonista en los 15 primeros minutos y dan ganas de dejar la peli ahi.Yo lo siento del campo, pero esto es una impresion personal, a todos nos ocurre. No te puedo decir si dentro de 20 años alguien va recordar la musica de hora de aventuras pero yo trabajo con una persona joven y sus referentes audivisuales son otros y las musicas que recuerda otras.
Por cierto que yo no recuerdo úlises31 con tanto cariño como tu y menos mazinger Z, que viéndola hoy dirá es bien aburrida. Por eso hablo de la nostalgia que nos hacer ver el pasado con un aura de brillantez estupenda.
Y, de verdad no hay ninguna serie actual de animación que se salve de la quema?. Yo te juroque he vuelto a ver mazinger, que la tenía en un pedestal, y los capítulos antiguos no me gustaron nada. La edición remasterizada tenía Un pase, pero tampoco era muy allá.
Delcampo, no estoy nada de acuerdo contigo respecto a las series que has nombrado como profundas: Heidi, Atlas, Jackie el bosque de Tallac y Ulises 31 no eran profundas. Eran sensibleras y eran momentos hechos para que los que éramos niños nos llegasen, pero de profundidad más bien poca. Eran Animé y el Animé japonés sigue sufriendo hoy en día de los mismos clichés: La muerte heróica, niños acaramelados de inocencia supina, momentos de gran tensión dramática calcados de una serie a otra, la superamistad que desafía todos los problemas, los siempre gordos que son tontos y graciosos, los buenos protagonistas muy guapos todos, y el machismo inherente con mujeres superfemeninas y que siempre necesitan un héroe del que enamorarse.Aunque el Animé puede tener buenas historias tampoco era para echar cohetes.