Las primeras partidas parece que no tienes control sobre nada, parece que el juego te juega a ti mismo, una vez entiendes que no siempre hay que jugar los combates hasta que ganas o te retires, que hay que aprender a retirarse a tiempo haciendo que el rival gaste buenas cartas, de pronto empieza a brillar. A veces me da la sensación de que es un juego de subastas (se subasta uno o dos dragones y tus cartas son el dinero) no se, par ami es una auténtica gozada de juego.