Primero fue la luz, luego llegó El Grande y le siguió el caos, y entonces empezaron las risas.
Tres partidas estuvimos a punto de hacer en dos dias del entusiasmo que produjo en mi casa. Desde el estreno del Le Havre no había visto nada igual, y eso con la de juegos que están en espera de ver mesa. Ni siquiera el debut del Tigris & Eufrates pudo arañarle protagonismo.
Sobre la mesa es todo elegancia, su sencillez de mecánicas insultante para lo mucho que ofrece y la diversión brota raudales. Ni largo ni corto, la preparación del juego de las más rápidas que me vienen a la mente. El tema chulo: que si eres un Grande de España, que si tienes tu corte, gente seria reclutada de tus tierras a cuentagotas que envías por tierras peninsulares para aumentar tu control sobre ellas, para que en el peor momento deserten, por alguna maquiavélica acción de tus oponentes, de vuelta a tus provincias.
Y luego venga a marear al Rey de un lado para otro: Vengase a mi región, su majestad, va a ver que chorizos los de esta tierra. Pero enseguida sale otra mano y se lo lleva diciendo: ¿Pero a donde va, su alteza? No haga caso, con el calor que hay por esos andurriales. Pásese a nuestras costas que le vamos a dar la mejor habitación cara al mar. Quédese todo el tiempo que quiera, faltaría más.
Para mis apañeros jugones ha sido una revelación: Tete, nos gusta el caos, y mucho. Yo ahora miro la estantería con esperanzas y me digo: Ey DS, ponte guapo que me da que les vas a gustar. Y luego pienso: ¿Cosmic Encounter? ¿Liberté tal vez? ¿Qué otro les podría molar?
Salud