Fue el juego que me enseñó lo intenso que podía ser el faroleo en un tablero. Esas colocaciones de bombas, esos mensajeros que se movían de uno en uno para despistar... Grandísimo Hoy en día lo juego poco sobre todo porque el juego en sí es caro y no lo tengo (siempre jugaba con la copia de mi primo), y para comprarlo tendría que deshacerme de alguno de los otros que ya tengo. Pero si alguien me pone un tablero delante, yo me siento.
Vamos, resumiendo:Que no es objeto de feroces críticas pero que os deja un pelín fríos...¿No os parece fantástica la idea de que las piezas no se conozcan hasta que entran en combate?Y otra preguntilla a los que lo hayan jugado... ¿Qué regla aplicáis?¿La pieza queda descubierta una vez que ha combatido o se le añade ese elemento de "memory" de dejarla igualmente girada, y quien no se acuerde es problema suyo?