- En primer lugar, cavamos un pequeño hoyo con una profundidad de 3-5 cm en el suelo: este agujero es el Guá. (Nos llevará un rato).
- Una vez hecho, trazamos una línea a unos 4-5 metros del Guá. (Algunos más profesionales las colocan a 7,5 metros).
- Todos tiramos nuestra canica hacia el Guá desde detrás de esa línea: el que más se acerque, será el primero en tirar; la segunda canica más cercana será la del segundo jugador… Y así sucesivamente.
- Ambos jugadores tienen que utilizar canicas de color diferente y del mismo diámetro. Las canicas pueden estar fabricadas de cualquier material no metálico y sus diámetros no deben ser superiores a 16,5 mm.
- Para ganar, hay que completar un circuito de cinco etapas: Guá, Chiva, Pie bueno, Tute… y otra vez Guá. (Sobre esto hay decenas de variantes, yo recuerdo, por ejemplo, el retute, matute)
- Uno a uno, los jugadores deben intentar entrar su canica en el Guá, pero… ¡ojo! Las canicas siempre hay que tirarlas con el pulgar y el anular, o con el pulgar y el índice (nunca arrastrando la bola).
- El primero que mete la canica en el Guá, pasa directamente a “Chivas”, que consiste en golpear con su canica la canica de otro jugador. (Para que sea más fácil, se puede desplazar la propia canica a la distancia de un palmo).
- Si la toca, puede pasar a “Pie Bueno”. Ahora, debe volver a golpear la canica del otro jugador, de manera que, entre las dos canicas, quepa como mínimo la distancia de un pie. (Aquí tienen ventaja los que calcen menor número, como es mi caso)
- Si ya ha conseguido “Pie bueno”, puede pasar a “Tute”: tiene que volver a tocar la canica del otro jugador.
- Finalmente, si ya ha conseguido hacer Guá, Chivas, Pie Bueno y Tute… debe volver a meter su canica en el Guá.
- El jugador que lo consigue primero gana la partida y se queda con las canicas de todos los participantes.
He tardado 40 años en descubrir como se jugaba. Gracias. 🙂
@Blackonion
De nada. 😀
Yo si lo he jugado de niño. Junto con el taco y las chapas, de mis juegos favoritos.
Este tipo de juegos se están perdiendo y es una verdadera pena.
Yo si que pasé horas y horas de mi niñez jugándolo. Tanto en el patio de la escuela como en las calles y descampados del barrio con los compañeros, amigos y vecinos de la misma edad. Hubo una época en la que no salíamos de casa sin nuestra bolsa de canicas 😀
Y ahora que comentas lo de las chapas, otro de los juegos que jugábamos mucho en esa época era el futbol de botones. Sobre una mesa de marmol o de madera, con algo de talco para que resbalase mejor y con porterías hechas de madera. Botones de abrigo del diámetro aproximado de una moneda de 5 duros como jugadores, y un boton de camisa como pelota. Y para mover los botones haciéndo pases entre los propios o para chutar a puerta, un disco de plástico que acostumbraba a ser una ficha de esas como de parchís pero en grande de las que llevaban los Juegos Reunidos como fichas de la Ruleta.
Qué de tiempo de todo eso y qué recuerdos…!! 😀 😀 😀
En las chapas metíamos fotos de ciclistas famosos, o a falta de foto el nombre, y jugábamos a la vuelta ciclista, a golpear la chapa por turnos, sobre el zócalo de piedra que rodeaba la manzana de nuestro bloque de viviendas. Cuando llegabas a un portal finalizaba la etapa.
Si una chapa se caía pasaba a la cola de todas.
Cada jugador llevaba un equipo de 3 chapas. El ancho del zócalo era de un geme más o menos.
Hacíamos con tiza metas volantes.
Más o menos parecido.
Incluso recuerdo que vendían esas pegatinas con las caras de los ciclistas en las papelerías. En la época de Perico Delgado y Eduardo Chozas.