En Wiz-war los jugadores se transforman en ávidos hechiceros que intentan recoger tesoros en un laberinto sinuoso. Como motor del juego, los jugadores utilizan un mazo de cartas para lanzar sus hechizos, aumentarlos de poder y aumentar su movimiento.
Cada turno, los jugadores se pueden mover hasta tres espacios (o más con la carta correcta). Sin embargo el objetivo es penetrar en la sección de laberinto de los otros jugadores, robarles uno de sus tesoros, y regresar a su área. El primer jugador en robar dos tesoros o matar a todos los otros hechiceros es el ganador.
Históricamente, se cree que Wiz-war fue uno de los juegos que inspiró a Richard Garfield para crear el mejor juego de cartas de todos los tiempos: Magic the Gathering.