CLN Alcalá de Henares 2007 (II)

Ya estoy de vuelta de las CLN Alcalá de Henares 2007. Tal y como eran mis previsiones las jornadas no cumplieron mis expectativas. Me encontré lo que me esperaba encontrar y que hizo que casi a última hora no acudiera a las mismas.

Las CLN

Las jornadas CLN, en mi opinión, fueron un completo caos desorganizativo.

En ningún momento sabías que actividades se celebraban o que no. Ausencia total de megafonía ni de alguien que se encargará de explicar a la gente lo que había. Había una caseta de información, si. Pero el hecho de que hubiera 3 entradas no facilitaba el encontrarla. Esto también impidió que las tiendas/stands comerciales se fueran algunas con escasas o nulas ventas. En primer lugar estaban parcialmente escondidas en un recoveco y si no ibas de propio ni te percatabas de ellas, y en segundo lugar había varias entradas al recinto (por tanto, muchos ni las verían). Nadie fue capaz de darme un puñado de folios para poder jugar a «El Club de los Martes» así que tuvimos que improvisar con el reverso de hojas y panfletos de publicidad de la Universidad.

Han sido unas jornadas totalmente endogámicas, como la mayoría de este estilo. Sigo pensando que la manera de enfocar este tipo de jornadas debería hacerse de otra forma; el hecho que acabe resultando ser a grandes rasgos una cantidad de grupos de gente jugando por su cuenta no hace mucho a su favor, así que podría decirse que hay 300 CLN distintas, la que cada grupo de gente haga. La gente iba a una actividad concreta y no a relacionarse con gente «que no conociera con anterioridad». Como jornadas evangelizadoras tampoco cumplieron su cometido.

La Escuela Politécnica se encontraba en el culo del mundo. El ir sin coche no facilitaba precisamente su acceso, por mucho autobús que hubiera. El sitio en un principio parecía que iba a estar bien, espacioso, luminoso y con grandes mesas, pero acabó siendo un auténtico suplicio. Mucha calor y mucho ruido. Tuvieron una falta de previsión total, las máquinas expendedoras de agua/refrescos se agotaban en 10 minutos. Yo estuve al borde de la lipotimia si no llega a ser por la cafetería del hospital que había a 5 minutos. Las cafeterías de la Escuela Politécnica solo abrían a la hora de comer, e imaginaros las colas que se formaban para comerte un cutre bocadillo de tortilla.

Sobre el alojamiento tercermundista y mejor ni hablamos. El que me tocó a mi estaba en la otra punta de la ciudad. Sin coche imposible acudir, y aun con coche nos costó casi una hora encontrarlo. Una vez allí me sentí un completo indigente o afectado de unas lluvias torrenciales. Todo se resumía en un trozo de suelo de 2×3 metros en una cancha de baloncesto para que pudieras tirarte en él y donde 200 personas igual que tu pululaban y dormitaban. Mucha calor, ruido, nido de mosquitos, etc. Las duchas, al menos a las 7am que fue cuando me duché, tenían agua caliente, algo es algo. Gracias a María por ofrecerme alojamiento en su casa de Vallecas y poder dormir algo el segundo día.

Así que en resumidas cuentas, las jornadas bastante flojas.

La BSK como comunidad

Ahora bien, la gente de la BSK un diez. Bastante mejor organizados (gracias
Junjo por encargarse de reservar nuestro espacio en las jornadas y a Dajial por organizar la cena besequera), y no se puede ser mas majos.

A nivel personal, las jornadas me sirvieron para probar varios de mis juegos (El Club de los Martes, Off-Screen y L'Esprit de Marie Antoinette) así como dar a conocer bastantes juegos de icehouse (los más jugados Icetowers, Mundialito y Zendo). Así que me doy más que por satisfecho. A lo largo de esta semana intentaré mejorar el Off-Screen con algunos de vuestros comentarios.

Conocí a bastante gente de la BSK y volví a reencontrarme con algunos de la Feria Jugar x Jugar y otros eventos similares. No los menciono porque son muchos y ellos ya saben quien son. Tuve algunas conversaciones interesantes de temas relacionados con los juegos de mesa con Arturo y su 1936, Edu de Cromola, Selema una de las organizadoras de las Tierra de Nadie, Manuel Sueiro de NSR, etc.

La cena besequera acabó resultando un verdadero espectáculo, a grandes rasgos por los que acabaron cepillitos y por los del pájaro griffo, su falta de formalidad y algunos detalles feos.

Conclusión

En resumidas cuentas, ¿mereció la pena ir a las CLN? Si, pero no por las jornadas en si mismas sino por la gente de la BSK. Si no llega a estar la BSK en las jornadas me hubiera aburrido bastante. Así que sugiero que para el próximo evento alquilemos un albergue o una casa rural grandecita y nos juntemos medio centenar de besequeros allí varios días. Sinceramente creo que sería bastante más productivo y mejor. No creo que haga falta unas jornadas como las CLN que sirvan como excusa.

Si quieres conocer la opinión de más gente acerca de las CLN puedes leerlas en la BSK en:
http://www.labsk.net/index.php?topic=9521.0

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