(¿quién ha jugado al...yo qué sé, al escondite, por ejemplo, exclusivamente con adultos?
que alguien se enfurruñara y se fuera con su juego, o diera una patada a la mesa por ir perdiendo (algo que no ocurre de adultos, ¡¡por suerte!!)
No soy nada competitivo, lo mío es dejarse llevar de las manos del juego, disfrutar de la compañía de los que comparten esa experiencia conmigo y ser testigo del viaje que presencio. Por eso lo doy todo cuando un juego me da pie a imaginar a través de su temática. Cuando juego al Carcassonne con mis alumnos a veces termino sus castillos cuando veo que sufren por una determinada loseta, así que todo luce más bonito sobre la mesa. Ellos me dan las gracias cuando lo hago como cuando le recoges un bolígrafo a alguien que le ha caído al suelo y todos tan contentos. Yo no siento así que pierdo a un juego, sino que gano el buen recuerdo de una tarde de juegos con unos amigos.