Ya que pides definiciones y ejemplos, te voy a poner algunos,Ultimamente trabajo con partículas que....ambién hacemos experimentos en los que...
Pero el conocimiento no puede detenerse ahí, sino que debe seguir preguntando: y bien ¿qué es ese portador? y ¿por que actúa? ¿por qué se intercambia? ¿Qué es lo que en última instancia hace funcionar la fuerza, por qué algo se mueve hacia algo, interactúa, lo repele, etc? Ese ir hasta el final es lo que hace al filósofo.
Cita de: parax en 26 de Diciembre de 2016, 16:21:21 Cita de: madelcampo en 26 de Diciembre de 2016, 15:02:42 En primer lugar, “en los tiempos que corren” nunca es un argumento. El valor o la verdad de una idea no depende del tiempo en el que naciese.Por supuesto que sí lo es. "En los tiempos que corren" lleva implícito el que, a lo largo de los años, hemos realizado nuevos descubrimientos que han reescrito nuestros conocimientos acerca de una materia. El uso que he dado a esta frase lo sigo considerando correcto: Creo que no estás teniendo en cuenta nada de lo que la ciencia ha descubierto en los últimos años en materia de conciencia, funcionamiento del cerebro, pensamiento, etc. Y detallo algo más sobre esto en la siguiente cita.No hay duda de que el conocimiento científico avanza. Lo que quiero decir, para que quede más claro, es que no se puede afirmar, por ejemplo: “esa idea X no vale nada porque es del siglo XVIII”, sino en todo caso: “Esa idea X ha quedado refutada por este descubrimiento o idea posterior Y ”. O sea, el tiempo, por sí mismo, es irrelevante. Supongo que estás de acuerdo con esto.Cita de: paraxCita de: madelcampo en 26 de Diciembre de 2016, 15:02:42 Si la consciencia fuese efecto de una causa material, entonces, por muy complejas que sean las interacciones materiales que se dan en el cerebro, sería en teoría posible seguir la cadena causal hasta llegar a una conclusión necesaria: la consciencia, así como sería posible seguir la lógica de un programa informático y entender y prever su resultado. Pero la consciencia es de una naturaleza tan distinta de lo material, que aunque se conociese exactamente cada movimiento de cada molécula en el cerebro no podría llegarse nunca a esa conclusión y siempre quedaría como un “otro lado” inexplicable a base de la actividad de moléculas o neuronas.Es precisamente en este punto en el que siempre pensaremos diferente. Atribuir a la consciencia una existencia que va más allá de un conjunto de interacciones materiales es para mí un error. Dices que de ser posible podríamos prever el resultado, y es precisamente de esto de lo que te hablaba anteriormente acerca de los descubrimientos respecto a la voluntad y el libre albedrío que se están realizando últimamente, los cuales permiten a un software realizar una predicción bastante exacta acerca de la decisión que va a tomar el sujeto del experimento respecto a una pregunta dada, antes de que la tome, tan sólo monitorizando ciertos parámetros de su cerebro (más detalles aquí, por ejemplo: http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/08/150817_ciencia_finde_vert_fut_libre_albedrio_lp). Por supuesto, estamos aún en pañales, pero tan sólo por varios detalles que complican la tarea lo suficiente:- La forma en que cada sujeto almacena sus experiencias en el cerebro parece ser distinta entre un sujeto y otro. Si bien hay áreas especializadas en el cerebro para distintas tareas (memoria a corto plazo, memoria visual, memoria auditiva, pensamiento lógico, etc), la información que cada uno de nosotros llega a guardar es distinta en cada caso (aunque sea por el mero hecho de que, fisiológicamente, somos ligeramente distintos).- La cantidad de variables es tan alta, que aún nos resulta complicado poder hilar más fino y llegar a comprender exactamente la cadena de pensamientos que está sucediendo en la cabeza de alguien. Es como una gigantesca red neuronal donde cada uno de los nodos puede atravesar por numerosísimos estados diferentes, cada uno de los cuales condicionan la respuesta del mismo una vez estimulado con ciertos datos de entrada (en forma de impulsos eléctricos e intercambio químico, que a menudo nos olvidamos de que sin la química adecuada el cerebro tampoco podría funcionar... y esta depende enteramente de nuestro estado de salud, de lo que hemos ingerido, etc). El día que podamos conocer al detalle toda esta interacción, y seamos capaces de modelarlo, habremos creado una conciencia artificial que nada tendrá que envidiar a la nuestra (de hecho, lo más probable es que nos supere en muchas características).- Existe aún todo un mundo que, por ahora, y en apariencia, no es tan determinista, como es el mundo de la mecánica cuántica, donde existe cierta incertidumbre acerca de la posición de un electrón en un determinado momento de espacio y tiempo, que complica la tarea de trazar una solución absolutamente determinista cuando el soporte para replicar esa misma lógica es distinto.Pero todo lo que un neurocientífico hace es comprobar que hay una correlación entre un determinado pensamiento y una imagen de actividad cerebral en ciertas áreas. Eso concuerda plenamente con mi punto de vista, ya que, en efecto, entre el plano del sujeto y el del objeto debe haber una relación, aunque no sea una relación causal, ya que lo subjetivo puede también ser representado, es decir, objetivarse. Pero eso no es realmente saber cómo se forma el pensamiento o la consciencia o la voluntad, sino que sería algo así como el hombre primitivo que comprueba que cada vez que llueve y sale el sol, se forma un arco iris, sin comprender nada del fenómeno óptico. Así mismo comprueba el científico que cada vez que hay una determinada actividad subjetiva habrá una determinada imagen cerebral o a la inversa. La analogía, realmente, no es exacta, porque aquel hombre podría en teoría llegar a comprender el fenómeno “arco iris” (hasta el grado en que la ciencia puede llegar a conocer), puesto que todo queda en el mundo fenoménico de relaciones entre objetos, mientras que el científico no podrá hacer lo mismo. Pues a la comprensión del arco iris se llega por el razonamiento y el seguimiento lógico e intuitivo de la cadena de causas y efectos, mientras que al intentar pasar de la cadena causal de las reacciones físico-quimicas en el cerebro a la propia consciencia o pensamiento, se produce un salto, que como digo es infranqueable. Tomemos algo subjetivo, por ejemplo, el dolor (la sensación que experimentamos como dolor) e imaginemos una especie alienígena con una inteligencia mil veces superior a la nuestra, pero con un organismo constituido de tal manera que no puede sentir dolor, incluso carentes del sentido del tacto. Si unos científicos de esta especie intentasen comprender qué es el dolor humano a partir de los datos objetivos de los nervios y las reacciones químicas del cerebro, jamás llegarían a comprenderlo. Esto es así porque el dolor no está contenido en lo objetivo, en la materia, no es reductible a ella, sino que está en ese otro plano de la realidad que es el sujeto, el que siente. Otro ejemplo, aún más sencillo podría ser el caso de los colores. La experiencia que tenemos del color rojo, por ejemplo, no está de ninguna manera en una onda o en estructuras del ojo y del cerebro, sino que solo se hace realidad en lo subjetivo. Y estos son ejemplos de sensaciones concretas, tanto más alejado de lo posible será llegar a la comprensión de la consciencia, que es precisamente lo que se encuentra detrás de las sensaciones o percepciones subjetivas.Por lo tanto, si la materia fuese la causa de la consciencia, sería en teoría posible llegar a ella mediante el seguimiento de las causas y los efectos en la materia, pero no es posible, y eso ya pone muy en duda el materialismo.En cuanto a la voluntad y el libre albedrío, y siguiendo el enlace que das, veo que lo único que significa ese experimento es que en una decisión de ese tipo puede haber un ligero desfase entre lo inconsciente y lo consciente, pero se trata de la decisión de esa persona de todas maneras. No hay que confundir sujeto libre con sujeto consciente ni voluntad con voluntad consciente. La voluntad es anterior a la consciencia, (y esto, incluso desde un punto de vista evolutivo: el conocimiento surge por la necesidad de conocer). De manera inconsciente podemos, por ejemplo, movernos mientras dormimos para taparnos si hace frío, lo cual sigue siendo un acto de voluntad, o puede el recién nacido llorar y mamar. Tampoco la voluntad es reductible a reacciones fisico-quimicas. No es el cerebro quien actúa, las reacciones químicas no son un comienzo, una causa, no son un agente capaz de tomar una decisión, sino que es ese ser vivo, y en su cerebro la acción se representa mediante imágenes de actividad. La refutación del libre albedrío no viene tanto por esa via, sino por el hecho de que todo lo que es fenómeno, es decir, representación de la realidad para el sujeto cognoscente, (y el ser humano también lo es desde este punto de vista), está sometido al principio de razón suficiente, es decir, que todo lo que es (dentro del fenómeno) tiene una razón de ser. Y no somos la especie humana una especie privilegiada ontológicamente diferente de una planta, por ejemplo, sino un organismo vivo como otro cualquiera. Así, con la misma necesidad que una piedra cae si se lanza al aire, uno se levanta de su silla para ir a dar un paseo, porque siempre hay un motivo que es lo suficientemente fuerte como para determinar una acción en una persona, teniendo en cuenta cómo es esa persona (su carácter, etc). Siempre se hace lo que se quiere ateniéndonos a las circunstancias, y nunca es posible hacer otra cosa en cada momento. La voluntad, pues, se presupone como el mero querer, es el nexo entre el motivo y la acción, la condición necesaria, el motor de acción. Cita de: paraxMás allá de esto, el único argumento posible que encajaría sería el de que no podemos creer en nada de lo que recibimos a través de nuestros sentidos, pues podría todo ser una ilusión (la llamada "hipótesis de simulación", o mucho antes en filosofía el llamado solipsismo) y la base de la existencia ser otra cosa que nos es absolutamente desconocida, y en la que nuestras vidas, seres queridos, materia, y todo lo que nos rodea sólo existen en eso que llamas "consciencia" de forma separada a la "materia". Pero sinceramente, si bien me parece interesante como ejercicio intelectual, y dado que sería prácticamente imposible demostrar su veracidad (es una hipótesis no falsable), creo que sería mejor aplicar el principio de la navaja de Ockham, y presuponer que la realidad que nos rodea no sólo existe, sino que además estamos poco a poco empujando cada vez más las fronteras del conocimiento para entenderla mejor. Pretender otra cosa es desaprovechar la oportunidad de mejorar nuestras vidas, ni que sea por la pequeña franja de tiempo en el que el Universo nos ha concedido vivir.El materialismo parte de la materia para decir que la consciencia es una “ilusión”. El idealismo (no exactamente el solipsismo) parte de la consciencia para decir que la materia es una “ilusión”. A priori son dos ideas simétricas y opuestas, y tú te decantas por la primera. Bien, en primer lugar, hay que decir que el dato de partida ineludible, lo único seguro, es que hay una experiencia: un sujeto que conoce y siente un mundo externo, con lo cual dar una mayor “realidad” a uno u otro término empieza a ser dudoso. Ambos son las dos mitades necesarias para el fenómeno. En segundo lugar, el idealismo cuenta con la ventaja de que aquello a lo que llama “ilusión” (la materia, las reacciones fisico-químicas, etc) es un fenómeno mediado por las formas del conocer, es decir, condicionado por el propio conocimiento, mientras que la propia consciencia es lo más inmediato. Pero el idealismo trascendental no niega la realidad del mundo exterior, no la entiende como una ilusión tal que desaparecería por completo al desaparecer el sujeto, sino que le confiere realidad empírica, es decir, como experiencia, relativa al sujeto, condicionada por el conocimiento. Que la realidad que percibimos está condicionada por nuestro conocimiento, o lo que es lo mismo, que es nuestra representación, eso está fuera de toda duda, a no ser que pensemos que el conocimiento no es nada, sino solo una puerta de entrada hacia el cerebro de un mundo exterior que sería exactamente igual al percibido (¿el percibido por el ser humano? ¿por una hormiga?, ¿por un extraterrestre con una capacidad de percepción más avanzada que la nuestra?) Esto, desde luego, no concuerda con la navaja de Ockham. De lo que se trata, por tanto, es de averiguar en qué medida el conocimiento es un filtro de la realidad. Y aquí la conclusión a la que se llega en filosofía es que no sólo cosas como el color o el sonido son percepciones subjetivas, sino incluso el tiempo y el espacio, como condiciones de posibilidad de la experiencia, como “herramientas” a priori del sujeto con las que da forma al mundo. Pero demostrar esto sería demasiado extenso, y nunca tendría la fuerza de convencimiento con la que aparece en las obras de Schopenhauer y de Kant.La objeción a la idea de una “ilusión” del mundo externo es muy razonable, porque pensar que todo es una especie de sueño es algo en principio dudoso. Pero la cuestión se resuelve así: si ahora mismo desapareciese todo ser cognoscente, el Universo seguiría, de la misma manera que existía antes de la vida. Pero ese mundo independiente del conocimiento (la cosa en sí kantiana), es por completo diferente al mundo en su forma representada. Sería algo indefinido, indefinible, carente de tiempo y de espacio, y que sin embargo, se vuelve al instante el mismo que experimentamos cuando aparece el sujeto. Es decir, es solo ilusión en su forma, no en su esencia.Si todo esto sigue pareciendo un extraño misterio, así como la consciencia, el dolor, el color o la voluntad de los ejemplos anteriores, aún hay que considerar que sería arrogante pensar que el mundo no puede ser para nosotros, una especie concreta y limitada, ningún misterio. El afán científico por reducirlo todo a lo cognoscible por el ser humano es en el fondo una aversión a lo desconocido. Pero a mí, al menos, me parece mucho más fascinante pensar que el fondo de todo es un eterno enigma, y no que el Universo y nosotros mismos somos bolitas que una vez aparecieron sin motivo y que algún dia llegaremos a conocer por completo.
Cita de: madelcampo en 26 de Diciembre de 2016, 15:02:42 En primer lugar, “en los tiempos que corren” nunca es un argumento. El valor o la verdad de una idea no depende del tiempo en el que naciese.Por supuesto que sí lo es. "En los tiempos que corren" lleva implícito el que, a lo largo de los años, hemos realizado nuevos descubrimientos que han reescrito nuestros conocimientos acerca de una materia. El uso que he dado a esta frase lo sigo considerando correcto: Creo que no estás teniendo en cuenta nada de lo que la ciencia ha descubierto en los últimos años en materia de conciencia, funcionamiento del cerebro, pensamiento, etc. Y detallo algo más sobre esto en la siguiente cita.
En primer lugar, “en los tiempos que corren” nunca es un argumento. El valor o la verdad de una idea no depende del tiempo en el que naciese.
Cita de: madelcampo en 26 de Diciembre de 2016, 15:02:42 Si la consciencia fuese efecto de una causa material, entonces, por muy complejas que sean las interacciones materiales que se dan en el cerebro, sería en teoría posible seguir la cadena causal hasta llegar a una conclusión necesaria: la consciencia, así como sería posible seguir la lógica de un programa informático y entender y prever su resultado. Pero la consciencia es de una naturaleza tan distinta de lo material, que aunque se conociese exactamente cada movimiento de cada molécula en el cerebro no podría llegarse nunca a esa conclusión y siempre quedaría como un “otro lado” inexplicable a base de la actividad de moléculas o neuronas.Es precisamente en este punto en el que siempre pensaremos diferente. Atribuir a la consciencia una existencia que va más allá de un conjunto de interacciones materiales es para mí un error. Dices que de ser posible podríamos prever el resultado, y es precisamente de esto de lo que te hablaba anteriormente acerca de los descubrimientos respecto a la voluntad y el libre albedrío que se están realizando últimamente, los cuales permiten a un software realizar una predicción bastante exacta acerca de la decisión que va a tomar el sujeto del experimento respecto a una pregunta dada, antes de que la tome, tan sólo monitorizando ciertos parámetros de su cerebro (más detalles aquí, por ejemplo: http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/08/150817_ciencia_finde_vert_fut_libre_albedrio_lp). Por supuesto, estamos aún en pañales, pero tan sólo por varios detalles que complican la tarea lo suficiente:- La forma en que cada sujeto almacena sus experiencias en el cerebro parece ser distinta entre un sujeto y otro. Si bien hay áreas especializadas en el cerebro para distintas tareas (memoria a corto plazo, memoria visual, memoria auditiva, pensamiento lógico, etc), la información que cada uno de nosotros llega a guardar es distinta en cada caso (aunque sea por el mero hecho de que, fisiológicamente, somos ligeramente distintos).- La cantidad de variables es tan alta, que aún nos resulta complicado poder hilar más fino y llegar a comprender exactamente la cadena de pensamientos que está sucediendo en la cabeza de alguien. Es como una gigantesca red neuronal donde cada uno de los nodos puede atravesar por numerosísimos estados diferentes, cada uno de los cuales condicionan la respuesta del mismo una vez estimulado con ciertos datos de entrada (en forma de impulsos eléctricos e intercambio químico, que a menudo nos olvidamos de que sin la química adecuada el cerebro tampoco podría funcionar... y esta depende enteramente de nuestro estado de salud, de lo que hemos ingerido, etc). El día que podamos conocer al detalle toda esta interacción, y seamos capaces de modelarlo, habremos creado una conciencia artificial que nada tendrá que envidiar a la nuestra (de hecho, lo más probable es que nos supere en muchas características).- Existe aún todo un mundo que, por ahora, y en apariencia, no es tan determinista, como es el mundo de la mecánica cuántica, donde existe cierta incertidumbre acerca de la posición de un electrón en un determinado momento de espacio y tiempo, que complica la tarea de trazar una solución absolutamente determinista cuando el soporte para replicar esa misma lógica es distinto.
Si la consciencia fuese efecto de una causa material, entonces, por muy complejas que sean las interacciones materiales que se dan en el cerebro, sería en teoría posible seguir la cadena causal hasta llegar a una conclusión necesaria: la consciencia, así como sería posible seguir la lógica de un programa informático y entender y prever su resultado. Pero la consciencia es de una naturaleza tan distinta de lo material, que aunque se conociese exactamente cada movimiento de cada molécula en el cerebro no podría llegarse nunca a esa conclusión y siempre quedaría como un “otro lado” inexplicable a base de la actividad de moléculas o neuronas.
Más allá de esto, el único argumento posible que encajaría sería el de que no podemos creer en nada de lo que recibimos a través de nuestros sentidos, pues podría todo ser una ilusión (la llamada "hipótesis de simulación", o mucho antes en filosofía el llamado solipsismo) y la base de la existencia ser otra cosa que nos es absolutamente desconocida, y en la que nuestras vidas, seres queridos, materia, y todo lo que nos rodea sólo existen en eso que llamas "consciencia" de forma separada a la "materia". Pero sinceramente, si bien me parece interesante como ejercicio intelectual, y dado que sería prácticamente imposible demostrar su veracidad (es una hipótesis no falsable), creo que sería mejor aplicar el principio de la navaja de Ockham, y presuponer que la realidad que nos rodea no sólo existe, sino que además estamos poco a poco empujando cada vez más las fronteras del conocimiento para entenderla mejor. Pretender otra cosa es desaprovechar la oportunidad de mejorar nuestras vidas, ni que sea por la pequeña franja de tiempo en el que el Universo nos ha concedido vivir.
Pregunta sobre "partículas que viajan al 60% de la velocidad de la luz (a unos 180.000 km/s). A esas velocidades, para ellas el tiempo pasa un 25% más despacio que para nosotros. Y nos hartamos de comprobarlo. Algunas tienen una vida media que no les permitiría alcanzar ciertos detectores, pero gracias a que su tiempo fluye más despacio los alcanzan."Realmente, ¿cómo se mide que el tiempo de una partícula pasa más despacio? Por cuestionarse cosas, ¿pudiera ser que al ir a esa velocidad lo que ocurre es que se prolonga la vida de esa partícula en vez de que el tiempo pase más despacio?
Sobre el oro... " A la gente, en las exposiciones al público que hacemos, le cuesta creérselo." pues imagina yo sin verlo en una exposición... la gente en las exposiciones, ¿cómo lo ve?
Teniendo en cuenta que la cotizaciòn del mercurio ha caido en los últimos años igual tenemos entre manos algo rentable.
Casi me da miedo preguntarte por ese "A lo mejor es estable".
Es que explicado así parece como que es como "a lo mejor es estable o a lo peor creamos un nucleo inestable que explota masivamente con solo mirarlo".
Que maravilla de hilo.El libro que busco debería escribirlo Franchi. Que capacidad de explicación.
Es decir, al muón que atraviesa la atmósfera al 99.99% de la velocidad de la luz no le da tiempo a hacer 70 cosas más que al que producimos en laboratorio a velocidades muy pequeñas: vive más tiempo, pero un tiempo que transcurre más despacio! Así que para ambos pasan sólo 2 microsegundos y les da tiempo a hacer las mismas cosas
el tiempo pasa más despacio para CooperCitarUmmm, creo recordar que lo que le pasa es lo contrario: para él el tiempo pasa muy rápido.
Ummm, creo recordar que lo que le pasa es lo contrario: para él el tiempo pasa muy rápido.
Cita de: madelcampo en 28 de Diciembre de 2016, 00:43:46 Tomemos algo subjetivo, por ejemplo, el dolor (la sensación que experimentamos como dolor) e imaginemos una especie alienígena con una inteligencia mil veces superior a la nuestra, pero con un organismo constituido de tal manera que no puede sentir dolor, incluso carentes del sentido del tacto. Si unos científicos de esta especie intentasen comprender qué es el dolor humano a partir de los datos objetivos de los nervios y las reacciones químicas del cerebro, jamás llegarían a comprenderlo. Esto es así porque el dolor no está contenido en lo objetivo, en la materia, no es reductible a ella, sino que está en ese otro plano de la realidad que es el sujeto, el que siente. Otro ejemplo, aún más sencillo podría ser el caso de los colores. La experiencia que tenemos del color rojo, por ejemplo, no está de ninguna manera en una onda o en estructuras del ojo y del cerebro, sino que solo se hace realidad en lo subjetivo. Y estos son ejemplos de sensaciones concretas, tanto más alejado de lo posible será llegar a la comprensión de la consciencia, que es precisamente lo que se encuentra detrás de las sensaciones o percepciones subjetivas.Creo que tú mismo te respondes: Que no podamos sentir algo no significa necesariamente que desconozcamos de su existencia, tan sólo significa que no podemos experimentarlo en nuestras carnes. El conocimiento es independiente de la experimentación personal: Una persona sorda puede entender perfectamente que hay un lenguaje hablado con unas normas e incluso que exigen unos determinados movimientos de labios, o que hay ruidos molestos y melodías agradables; no podrá sentirlos, pero entenderá que existen y entenderá la reacción que provocan en sus congéneres que no tienen esa limitación física. En el caso de los colores, el ejemplo es aún más claro: Sabemos perfectamente que determinadas especies poseen la capacidad de ver un espectro de colores mayor que el nuestro, y aunque no sepamos cómo se experimentaría un color que desconocemos (a fin de cuentas, todo es información), estamos seguros de que esa frecuencia de onda de luz existe y que algunos seres son capaces de percibirla. Es más, probablemente cada uno de nosotros experimente los colores del espectro de luz visible de forma diferente, ya que al final se trata de una interpretación de esa información por parte de nuestro cerebro.
Tomemos algo subjetivo, por ejemplo, el dolor (la sensación que experimentamos como dolor) e imaginemos una especie alienígena con una inteligencia mil veces superior a la nuestra, pero con un organismo constituido de tal manera que no puede sentir dolor, incluso carentes del sentido del tacto. Si unos científicos de esta especie intentasen comprender qué es el dolor humano a partir de los datos objetivos de los nervios y las reacciones químicas del cerebro, jamás llegarían a comprenderlo. Esto es así porque el dolor no está contenido en lo objetivo, en la materia, no es reductible a ella, sino que está en ese otro plano de la realidad que es el sujeto, el que siente. Otro ejemplo, aún más sencillo podría ser el caso de los colores. La experiencia que tenemos del color rojo, por ejemplo, no está de ninguna manera en una onda o en estructuras del ojo y del cerebro, sino que solo se hace realidad en lo subjetivo. Y estos son ejemplos de sensaciones concretas, tanto más alejado de lo posible será llegar a la comprensión de la consciencia, que es precisamente lo que se encuentra detrás de las sensaciones o percepciones subjetivas.
Cita de: madelcampo en 28 de Diciembre de 2016, 00:43:46 Por lo tanto, si la materia fuese la causa de la consciencia, sería en teoría posible llegar a ella mediante el seguimiento de las causas y los efectos en la materia, pero no es posible, y eso ya pone muy en duda el materialismo.No veo dónde queda en entredicho que la materia sea la causa de la consciencia. Creo que está bastante claro que la consciencia es una consecuencia de la materia una vez se han producido unos determinados saltos evolutivos. Como dice Daniel Dennet en el vídeo de más arriba, parece que la consciencia no es más que un "truco de magia" del cerebro material que nos compone, un truco que además nos hace creer que tenemos control sobre nuestra manera de pensar y actuar.
Por lo tanto, si la materia fuese la causa de la consciencia, sería en teoría posible llegar a ella mediante el seguimiento de las causas y los efectos en la materia, pero no es posible, y eso ya pone muy en duda el materialismo.
Cita de: madelcampo en 28 de Diciembre de 2016, 00:43:46 El materialismo parte de la materia para decir que la consciencia es una “ilusión”. El idealismo (no exactamente el solipsismo) parte de la consciencia para decir que la materia es una “ilusión”. A priori son dos ideas simétricas y opuestas, y tú te decantas por la primera.No, me decanto por aquella que es empíricamente demostrable. La idea de que la consciencia gobierna y que la materia es una ilusión es una hipótesis no falsable (no se puede demostrar de ninguna forma que sea incorrecta), siempre existiría esa posibilidad. La única manera de saberlo imagino que sería la propia muerte del individuo: Si la consciencia persiste más allá de la muerte física en esa materia ilusoria y ficticia, entonces podría tener cabida una demostración que sólo sería válida además para el propio individuo (el resto podría ser fruto de esa ilusión y no formar parte de ninguna otra consciencia). Por tanto, me decanto por la única hipótesis que es demostrable y que nos puede resultar útil en la vida, sea esta ilusoria o no. La hipótesis alternativa, para mí, no deja de ser una "idea feliz" que poco aporta a nuestra experiencia de vida, y que carece de posibilidad de demostración.
El materialismo parte de la materia para decir que la consciencia es una “ilusión”. El idealismo (no exactamente el solipsismo) parte de la consciencia para decir que la materia es una “ilusión”. A priori son dos ideas simétricas y opuestas, y tú te decantas por la primera.
Cita de: madelcampo en 28 de Diciembre de 2016, 00:43:46 De lo que se trata, por tanto, es de averiguar en qué medida el conocimiento es un filtro de la realidad. Y aquí la conclusión a la que se llega en filosofía es que no sólo cosas como el color o el sonido son percepciones subjetivas, sino incluso el tiempo y el espacio, como condiciones de posibilidad de la experiencia, como “herramientas” a priori del sujeto con las que da forma al mundo.Esta parte es muy interesante (y de hecho no veo que entre en contradicción con el materialismo): En ningún caso el materialismo dictamina que la realidad es exactamente como la percibimos, y creo que el ser humano y los físicos en general tiene bastante claro que la realidad sólo puede ser observada desde el prisma de nuestras capacidades intelectuales y sensoriales, así como de las herramientas que podamos llegar a construir para suplir algunas de nuestras carencias físicas a medida que vamos descubriendo más sobre el motor de la realidad. En ningún momento la física decide que el espacio o el tiempo no puedan ser percibidos de otro modo: De hecho, estoy completamente seguro de que la percepción del tiempo es distinta según el cerebro que la procesa, como si tratásemos de ejecutar un mismo programa en procesadores con velocidades de reloj distintas. Y respecto a la percepción del espacio, nuestra percepción está encerrada en un mundo tridimensional (el tiempo, más que una dimensión extra, puede explicarse como una sucesión de estados), pero sabemos deducir la existencia de otras dimensiones como cuando resolvemos el problema de explicar la fuerza gravitacional como un pliegue del tejido espacio-tiempo en una dirección a la que no podemos apuntar con el dedo.
De lo que se trata, por tanto, es de averiguar en qué medida el conocimiento es un filtro de la realidad. Y aquí la conclusión a la que se llega en filosofía es que no sólo cosas como el color o el sonido son percepciones subjetivas, sino incluso el tiempo y el espacio, como condiciones de posibilidad de la experiencia, como “herramientas” a priori del sujeto con las que da forma al mundo.
Cita de: madelcampo en 28 de Diciembre de 2016, 00:43:46 El afán científico por reducirlo todo a lo cognoscible por el ser humano es en el fondo una aversión a lo desconocido.No sé de dónde sacas esto, pero no puede estar más equivocado. La ciencia moderna es todo lo contrario a ese pensamiento. Nos queda muy clara nuestra posición en el Universo, y no puede ser más opuesta a la arrogancia. De hecho, lo más probable es que algún evento cósmico nos acabe borrando, tarde o temprano, tanto a nosotros como a toda evidencia de que una vez existimos; sólo hay que pensar en los problemas de distancia entre cuerpos celestes y la inevitable colisión de nuestra galaxia con Andrómeda, por citar un evento predecible claro. Es más, tanto Sagan (al que estábamos intentando homenajear) como el propio Feynman, por poner ejemplos de divulgadores conocidos con los que habrías tenido una clara oportunidad de leer u oír a modo de representación de esa voz del mundo científico (y que a tantos han inspirado) declaran en muchas ocasiones que no sólo lo desconocido es inevitable, sino que además es inapropiado buscar respuestas erróneas como sustitutos de ese desconocimiento. Mientras tanto, descubramos poco a poco más misterios del Universo aunque sólo sea por hacer de nuestra existencia como humanidad lo más reconfortante posible mientras estemos por aquí. Y lo que esté fuera de nuestro alcance, lo que seamos incapaces de conocer y comprender por más que lo intentemos, siempre lo estará, por lo que no merece mucho la pena preocuparse por ello.
El afán científico por reducirlo todo a lo cognoscible por el ser humano es en el fondo una aversión a lo desconocido.
Es más, tanto Sagan (al que estábamos intentando homenajear)
CitarEs decir, al muón que atraviesa la atmósfera al 99.99% de la velocidad de la luz no le da tiempo a hacer 70 cosas más que al que producimos en laboratorio a velocidades muy pequeñas: vive más tiempo, pero un tiempo que transcurre más despacio! Así que para ambos pasan sólo 2 microsegundos y les da tiempo a hacer las mismas cosasPor lo que he entendido, ¿es como si lo viéramos a cámara lenta? Quizá más exacto: ¿como si él viviera a cámara lenta? ¿Lo he entendido bien?
Citarel tiempo pasa más despacio para CooperUmmm, creo recordar que lo que le pasa es lo contrario: para él el tiempo pasa muy rápido.
el tiempo pasa más despacio para Cooper
Por cuestionarse cosas, ¿pudiera ser que al ir a esa velocidad lo que ocurre es que se prolonga la vida de esa partícula en vez de que el tiempo pase más despacio?
Los niños de cinco años también hacen eso. Y aunque le expliques el por qué una y otra vez, lo siguen preguntando; lo que les ocurre es que no les satisface la respuesta o no la entienden o no les gusta.