Hace varios años me vendieron las bondades de un juego nuevo que, me aseguraron, era el nuevo bombazo del hobby que estaba arrasando en el ranking BGG. Una experiencia como pocas. Aún recuerdo la sensación de vacío que me dejó tras la primera partida, de vacío por haber perdido toda una tarde jugando a un juego tan anodino e intrascendente. Aquel juego se llamaba Terra Mystica. Años después publicaron un nuevo juego que me volvieron a jurar y perjurar que era otro bombazo imprescindible. Se trataba de un remake del Terra Mystica que, decían, mejoraba todavía más la fórmula del éxito. Hoy finalmente he sufrido la primera partida a Gaia Project y espero que sea la última. Os puedo asegurar que son pocas las ocasiones en las que me pregunto cómo otros jugadores pueden disfrutar de un juego tan soporífero. Para mí este juego y su predecesor no ofrecen ningún tipo de experiencia digna de mención, no tienen intensidad alguna, carecen absolutamente de alma. Todo se basa en seguir un árbol de desarrollo autista en el que las decisiones de tus rivales significan nada y menos prácticamente. Este juego tiene menos emoción que una partida al Dixit. Olvidaba decir que el diseño estético es posiblemente de los peores que he visto jamás a pesar de tener un precio nada desdeñable.
Ahora, tiene detalles negativos como decís. El arte me parece horrible, yo para adquisiciones personales siempre tengo este apartado muy en mente, y por mi cuenta nunca lo habría conocido sino hubiese sido porque lo compró un colega. La poca interacción entre los jugadores tampoco es algo que me agrade, es un "multijugador solitario" como muchos dicen, una carrera simplemente que puede depender mucho de la posición de los planetas en el mapa. Esta mínima interacción según he visto también es muy cruel porque en las partidas que he jugado normalmente se basa en arrebatarle un planeta a un rival o bloquearle una de las acciones comunes, y en un juego donde todo está medido al milímetro, puede abocar a un jugador a la derrota directamente.