Yo llevo 6 partidas con 4 victorias del cazador y 2 de la bruja.
La sensación que me da es que la bruja no puede permitirse jugar mal para ganar mientras que el cazador si.
Creo tras estas partidas que la clave con la bruja es por un lado no farolear con demasiados aldeanos (cuánto más se alargue la partida, más cerca está de ganar el cazador) e incluso tratar de forzarle a matar algún inocente para que limpie todas las botas.
A nosotros nos está pareciendo un juegazo con una duración apropiada y muchísima tensión.
Comparto este comentario. En mis primeras dos partidas gané con la bruja porque realmente mi rival no había entendido del todo las mecánicas y sus opciones como cazador, de hecho ni siquiera hizo un saqueo durante ellas. A partir de la tercera partida ya se han dado la vuelta las tornas y he sufrido tres derrotas consecutivas, en buena parte por eso que comentas, por chochear con el faroleo intentando atrasar el enchufar secretos al aldeano que es bruja algo más tarde y multiplicar los señuelos, tal y como sí me pude permitir en las dos primeras partidas de práctica.
Está claro que alargar la partida beneficia al cazador. A medida que las rondas se alargan, más sospechosos habrá tachado de su lista (por lo que tus faroles pueden haber quedado neutralizados sin tú saberlo siquiera) y más pistas tiene él en todas partes para hacer saqueos a gusto y el asesinato si hace falta.
Entiendo las quejas de muchos jugadores durante las primeras partidas que opinan que el cazador es demasiado potente, la bruja a veces parece un muñeco en sus manos. Son especialmente hirientes las cartas de investigación. En el juego base la bruja apenas tiene dos cartas en todo su mazo de 50 para medio contrarrestarlas, porque ni siquiera son dos cartas plenamente eficientes contra ellas, y para colmo si el cazador las combina con cierto aliado, son demoledoras.
Hay que seguir jugándolo, espero con la experiencia de estas derrotas redirigir mi juego y volver a tomar un poco el control para poder saborear sensaciones parecidas a la de las primeras partidas.