Pues sí , por lo menos yo sí me fijo . Además de pedir cierta calidad en los materiales que se usen en el juego. Si por ejemplo es un juego de cartas para mi las ilustraciones han de ser chulas, pero claro es algo que depende del gusto de cada persona.
La pregunta es ¿Por que las tragaperras tienen luces brillantes y parpadeantes, diseños llamativos y sonidos?Respuesta: porque asi mas gente se engancha a jugar. Pues con los juegos de mesa lo mismo te enganchas si lo que ves te gusta sino pasas de largo.
... por ejemplo si te ponen el Caylus normal y la vesion premium obviamente todos nos quedaremos con la segunda (si nos alcanzase el billete eso si)
La verdad por la imagen le entran las cosas a los hombre podemos poner el caso de las mujeres y de los equipos de futbol (cuando niño te gustan los colores del equipo o aquel jugador melenudo), en los juegos evidentemente que llama la atencion una bonita portada o componentes bien detallados, pero a la hora de la verdad la dinamica es mas importante, te pongo el caso de Marvel Heroes que sin ser un mal juego son mas rescatables sus figuritas que su rejugabilidad, por el otro lado tenemos el Carcassone que es un juego con componentes mucho mas sencillos, pero que no es de extrañar hilar 3 partidas seguidas si no mas de este juego ¿porque? porque al final por muy bonito que sea un juego te cansas de el si no te entrega lo que precisamente deben dar los juegos: Diversion.
Lo que pasa es que la lreguntano es si es mejor que la belleza sea interna o externa. Es si os importa. Es decir si la valorais. Es decir: ¿Preferís un juego bueno pero insulso graficamente un juego bueno y además bonito, u os da igual?Lo políticamente correcto es responder lo último. Lo primero es para picar. Pero quien puede resistirse a un buen juego con un bonito diseño.Las otras dos opciones fuera de discusion son- juego malo y además feo- juego malo pero taaaan bonito.En el segundo caso picas si no llevas mucho en esto o si eres coleccionista de belleza o te gusta sufrir.
Para nada, no soy al único que la abigarrada edición de decora iglesias de Myke Doyle le parece un horror.