Además, es de agradecer que una empresa joven arriesgue con un juego tan costoso (traducir unas 350 cartas... es decir, hacer el juego entero casi) y con un precio tan elevado. Eso es apostar fuerte. Les deseo la mejor de las suertes y que esto suponga un estirón para la editorial: ¡Queremos más juegos de este estilo!