Eugenesia: Introducción

Eugenesia

UNA AMBIENTACIÓN FUTURISTA PARA “EL CLUB DE LOS MARTES”

El hecho de que en el manual de “El Club de los Martes” un tercio del libro se dedique a la ambientación victoriana del juego no es algo anecdótico o un capricho del destino, es simplemente porque es necesario fijar un “universo de juego” para que la historia que se cuente sea coherente y esté dotada de la robustez necesaria. Se ha de contar historias que parezcan creíbles o veraces, así que no se puede obviar esto, de manera que si queremos cambiar la ambientación del juego original, lo primero que debemos hacer es definir claramente nuestro universo de juego.

Así que durante los próximos días a definir unas pautas para una factible ambientación futurista distópica para “El Club de los Martes”. En primer lugar, ¿qué significa el término distopía? Fue acuñado por John Stuart Mill se utiliza como antónimo de utopía para designar a una posible sociedad futura de algún modo indeseable. En las historias de ciencia ficción ambientadas distópicamente grandes transnacionales tecnológicas dirigen, mandan y gobiernan bajo un sutil y omnipresente control estatal. La identidad y naturaleza del ser humano es manipulada por una tecnociencia puesta al servicio de una pequeña elite que controla el dinero, el poder y los medios para reproducirlos en un interesado status quo que aliena a los individuos y borra sus rasgos más idiosincrásicos.

Así que para “Eugenesia” tomaremos como fuentes de inspiración algunas de las mejores películas que han destacado dentro del género fílmico distópico. Desde Metrópolis (Fritz Lang, 1926) a V de Vendetta (James Mc Teigue, 2006), encontramos títulos tan memorables como Fahrenheit 451 (Françoise Truffaut, 1966), La naranja mecánica (Stanley Kubrick,1971), Zardoz (John Boorman, 1974), Mad Max (George Miller, 1979), Blade Runner (Ridley Scott, 1982), Brazil (Terry Gilliam, 1985), Doce Monos (Terry Gilliam, 1995), Gattaca (Andrew Niccol, 1997), Dark City (Alex Proyas, 1998), The Matrix (Hnos. Wachowski, 1999) o Minority Report (Steven Spielberg, 2002).

Estad atentos a vuestras pantallas…

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