Otoño de terror

En el año 1996, en el apogeo de mi pasión por los juegos de rol, me sumergí en los mundos fantásticos de Castillo de Falkenstein. En aquel entonces, el básico de Martínez Roca apenas había visto la luz el año anterior, y me contaba entre los pocos jugadores que exploraban sus intricados entresijos. Mi devoción por el juego no conocía límites; me sumergía en él con una constancia casi obsesiva, reservando lo mejor para mi cita semanal. A pesar de las dificultades de la época, me aseguré de conseguir todos los manuales editados, atesorándolos como un preciado tesoro.

En la Casa de Juventud de Las Fuentes, en Zaragoza, encontré un refugio en la asociación conocida como El Espejo del Tiempo, donde nos reuníamos casi a diario para explorar el vasto universo del rol. De aquel primer grupo de jugadores, entre los que se contaban Dacosta, Elfo y Rubén, y que más tarde se unió Isidoro, fue durante esta campaña dedicada a Jack el Destripador donde, literalmente, nació LaBSK y una semilla que creció hasta convertirse en la actual La Goblinera. Aquella campaña se convirtió en una épica odisea que duró varios años, y yo, siempre aficionado a documentarlo todo, tomé meticulosos apuntes de cada sesión de juego.

Aunque la campaña llegó a su fin, lamentablemente nunca llegué a completar su escritura más allá de simples anotaciones y bosquejos.

Sin embargo, años después, casi por inercia, me encontré escribiendo casos policíacos para Hardboiled, como «Arrástrame al infierno«, «Snuff Movie«, «El hombre que sabía demasiado» y «El Baile de los Vampiros«. Poco a poco, he ido enviándoles algunos de mis casos -en la recámara tienen ya unos cuantos- pero siempre tuve en mente aquel relato inacabado de Jack el Destripador.

Finalmente, el desafío de reescribir ese caso para Hardboiled, adaptándolo a una nueva estructura, reglas y enfoque, ha sido una empresa emocionante y gratificante; la culminación de años de trabajo. Aunque ha requerido cambios significativos, sé que nunca será exactamente igual a la campaña original que jugué hace 25 años. Sin embargo, he hecho todo lo posible para que sirva como un punto de partida emocionante para aventurarse en el Hardboiled de 1888, una ambientación algo atípica que ya surfee en «El hombre que sabía demasiado» .

Ya es oficial. El próximo caso para Hardboiled va a ser mi reinterpretación de ese Otoño de Terror de 1888. (Por cierto, el nombre siempre lo tuve claro desde el primer minuto). Para todos aquellos que se animen a adentrarse en esta nueva versión y jugarla, espero que encuentren la misma emoción y satisfacción que yo experimenté, escribiéndola y jugándola.

Durante mucho tiempo, en mi mesilla de noche reposaba un libro de Colin Wilson y Robin Odell dedicado a la figura de Jack, repleto de mis subrayados y anotaciones en cada página. Esa obsesión nunca desapareció, y ahora se ha transformado en una historia lista para ser contada de una forma totalmente nueva.

Me alegra saber que el ilustrador que han elegido para el caso es José Antonio Ávila, a quien conocí en unas jornadas y conectamos desde el primer momento. Salvo cambios, al menos la portada y varias ilustraciones interiores serán de su puño. Otras serán libres de la época.

Nos vemos en las mesas.

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