Cada año intento recopilar una lista con los mejores juegos de icehouse a los que he jugado en ese año. Es una forma de valorar algunos de ellos (que ya se están convirtiendo en clásicos) y de dar a conocer algunos nuevos (que han despertado en mi el gusanillo). Veamos, por orden de mejor a peor:
- Homeworlds, un wargame abstracto bastante denso. La versión para dos jugadores Binary Homeworlds ha pasado a convertirse en mi juego favorito de icehouse con letras mayúsculas.
- Zendo, uno de los mejores juegos deductivos/inductivos que han seguido la estela del Eleusis.
- Mundialito (Gold Cup), un juego abstracto de mi creación, que sigue saliendo a la mesa de vez en cuando.
- Alien City, un juego abstracto que usa un tablero de piecepack (aunque también puedes imprimirte unos tiles). La pega que tiene es que las reglas son demasiado densas como para acordarte bien de todo, sino mejoraría muchísimo su ranking.
- Gnostica, la pega es que no siempre se dispone de un mazo de tarot para poder jugar a él. Por lo demás bastante interesante.
- Marvel Civil War, un balloon cup con sacrificios (de mi creación).
- Zark City, interesante pero tiene un problema con la acumulación de figuras (al final es lo que siempre ocurre, es una carrera desesperada por ver quien consigue más para atacar así a sus oponentes).
- Virus Fight, un juego de Jorge Arroyo (maka) de información perfecta basado en el corewar.
- Undercut, un juego de subastas.
- Pylon, ganador del Summer 2007 Icehouse Game Design Contest, y un juego muy influenciado por el Dvonn del proyecto Gipf.
En el plano adaptaciones, me ha parecido interesante el Big Points, y sigo jugando al Jumpin’ Java y al Mandala.
En el apartado creaciones propias este año no me he prodigado demasiado, de hecho Quadrivium Pitagórico esta en proceso de reconstrucción (ante un primer fracaso de reglas), y me ha quedado pendiente diseñar más niveles para el Imhotep, un juego tipo puzzle en solitario del que estaba bastante contento.
Nota: La foto fue tomada en la Feria Jugar x Jugar en el 2007. Yo soy el tipo que viste la camiseta de Judas Priest en plena fase de evangelizador lúdico.
