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Prueba superada: 100 votos en BGG y Eugenesia

Marte

Prueba superada. «El Club de los Martes» ya tiene 100 votos en BGG (en realidad 106). Así que como regalito para celebrarlo para todos que habéis votado (y los que no) os dejo terminada una ambientación futurista distópica para el juego, que en su día llamé Eugenesia, junto con un caso para la misma: Ácido Desoxirribonucleico. Se trata de un experimento arriesgado para demostrar que el juego puede funcionar perfectamente con otro tipo de ambientaciones, por raras o diferentes que parezcan. Las pruebas de juego fueron tremendamente exitosas, diferentes y bastante divertidas. Creedme si os digo que no hay nada más gratificante que interpretar un genetista o un químico. Espero que os guste. Gracias a todos.

Eugenesia: Comics distópicos (I)

Ante todo he de decir que no soy un gran entendido en comics, de hecho en mi infancia/juventud no solía leer comics de superhéroes (nunca me han gustado), aunque si que encontraba en algunos denominados europeos un gran placer con su lectura, y de estos son de los que voy a hablar mayormente.

Juez Dredd

Para la ambientación que nos ocupa hay muchos comics que pueden servirnos como fuente de inspiración. Los que voy a mencionar son algunos que yo leí en su día y me parecieron interesantes o algunos que me han recomendado mis amigos para Eugenesia. Quiero decir con esto que ni estan todos, ni son todos los que son.

Veamos, mi primera recomendación es sin duda Juez Dredd (John Wagner, Carlos Ezquerra, Pat Mills). “Yo soy la Ley” afirma el Juez Dredd, que es además legislador y policía, un hombre dispuesto a luchar por la ley mientras se apresta a arrestar, sentenciar y ejecutar a aquellos ciudadanos que no se avienen a cumplir las Leyes,  ante la peligrosa y emergente corrupción que amenaza la supervivencia en la ciudad. En Mega-City One no se sabe quien es más temido, los delincuentes o el Juez Dredd que, sin lugar a dudas, es uno de los personajes más conocidos del cómic británico. Es destacable sobre todo la forma en que parodia de los totalitarismos que convierten al Estado en un ente opresor (heredados imagino de «El Proceso» de Kafka), y con esto debemos quedarnos. No olvidéis tampoco a la rubia Juez Anderson, amiga de Dredd, perteneciente a la división Psi y dotada de poderes paranormales.

Las Aguas de Mortelune

Prosigo con Las Aguas de Mortelune (Adamov, Cothias), una de las obras más ambiciosas de la ciencia-ficción francesa, en la cual se recrea un complejo futuro post nuclear donde la escasez y los excesos han reducido a la humanidad, o a lo que queda de ésta, a un estado absurdo, donde imperan el canibalismo y otras costumbres no menos monstruosas. Una extraordinaria manera de precognizar en forma de metáfora la posible e inminente decadencia del ser humano. Uno de los mejores comics que he leído en mi vida.

El Incal (Jodorowsky, Moebius), también conocida como La Saga de los Incales, una sutil visión metafísica del guionista y psicomago chileno Alejandro Jodorowsky, donde se auna uno de los mejores comics del mundo junto a un argumento que va de lo banal a la iluminación mistica. El incal, es una iluminación, cualquiera que lo posea alcanza un estado superior en pocos minutos, incluso, los animales adquieren el habla. El peor y más importante enemigo de El incal es La Tiniebla, que ha conseguido dominar la otra mitad del Incal, El Incal Negro, para crear los Huevos de la sombra, que absorben la luz de los soles hasta dejarlos secos e inertes. Lo que me lleva también a recomendar La casta de los Metabarones (Jodorowsky, Giménez, Pastoras),  una serie de comics sobre la historia de una dinastía de guerreros perfectos conocidos como Metabarones. La primera aparición de un Metabarón precisamente fue en El Incal como personaje secundario.

La emperatriz roja

La Emperatriz Roja (Dufaux-Adamov), que relata el ascenso al poder de Catalina, la Emperatriz Roja; el marido de Catalina, Pedro, vive a contrapelo de los tiempos; frente a un retrato de Pedro el Grande se burla de sus antecesor, quien modernizó la antigua Rusia para acercarla al resto de Europa, mietras él propone un régimen despótico; Catalina, por su parte, desea hacerse también con el poder, y las ambiciones de cada uno determinan las alianzas y estrategias que cada uno debe efectuar; hay que destacar que la historia se desarrolla en un futuro en el que Trotsky es un santo, y los antiguos símbolos de Rusia permanecen como señales de autoridad, al lado del trasiego de armas atómicas y manipulaciones genéticas.

Las aventuras de Luther Arkwright

Otro de mis favoritos es Las aventuras de Luther Arkwright (Talbot),  donde existen infinidad de universos paralelos con multitud de variantes históricas. Entre estos universos, se ha desatado una cruenta guerra entre dos grandes organizaciones rivales y Luther Arkwright es uno de los agentes de una de ellas. En uno de los universos paralelos Inglaterra sigue regida por los puritanos herederos de Cromwell. Allí se decidirá el futuro del todo el Multiverso. Este cómic está considerado uno de los grandes hitos en la historia del cómic mundial, y particularmente del cómic británico. Su secuela El Corazón del Imperio, incluso es mejor. Cada uno de los tres álbumes en que se divide la historia tiene al final una sección llamada Arcología, donde se hace especial hincapié en algunos personajes y hechos de la historia, explicando cosas de ellos. Se trata de una realidad paralela, donde en 1999 el Imperio Británico ha conquistado todo el planeta menos dos Estados, siendo el Japón el último en caer. El primero de los que todavía se mantienen independientes es una Rusia que incluye la actual Turquía, muy en la línea de los planes rusos de principios del siglo XX de apoderarse de Constantinopla, y el segundo las UCA (United Colonies of America), una especie de EUA alternativos que no son una potencia y que incluyen todo el territorio por encima de Méjico y entre cuyas principales ciudades se halla New Amsterdam.

(continuara…)

Eugenesia: Ácido Desoxirribonucleico

Ácido Desoxirribonucleico

Comunidad Lennon. Año 2319 D.C. Todo sucede en un mundo futuro distópico donde la humanidad es incapaz de realizar crímenes debido a que ha sido concebida a través de la eugenesia génica. Cada humano ha sido creado a partir del genoma de sus padres, que es seleccionado genéticamente con el fin de obtener lo mejor de cada uno de ellos. Los “bien-nacidos”, pues así se les llama, son genéticamente perfectos. Y así ha sido durante los últimos 300 años.

Hace unas semanas que están apareciendo brutalmente asesinados grandes científicos y pensadores; pilares fundamentales de la nueva sociedad tecnocientífica. El sistema ha fallado, no esta preparado, peligra y puede desmoronarse como un castillo de naipes. Como oficialmente no existen errores en el sistema burocrático, nadie puede hacerse cargo del fallo, hace tres siglos que no se ha necesitado de un cuerpo de policía; así que se actúa con premura. Un grupo de científicos elegidos por el omnipotente G8, comandado por el prestigioso médico genetista el doctor Solomon Harper, se encarga de este caso de tintes apocalípticos, definido como un tremendo “Error de Selección”. Las huellas y los rastros de ADN en los lugares del crimen indican que “alguien” no contabilizado ni identificado es el culpable de los crímenes.


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Una ambientación en un futuro distópico para "El Club de los Martes" y un caso: Ácido Desoxirribonucleico.
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Eugenesia: Los Hijos de Dios

Los Hijos de Dios

Los colonos humanos del “Arca de Noé”, sin embargo, son todo lo contrario. Sin saberlo ellos son la casta más marginal del sistema, formada por quienes han sido concebidos de forma natural. En un mundo de hombres y mujeres casi perfectos, estos seres, conocidos como «Hijos de Dios», son relegados a las tareas inferiores a causa de sus imperfecciones.

Están ciegos. Para los “Hijos de Dios” la vida humana en la Tierra se extinguió en 2012, tal y como predijeron los mayas, debido a una mutación de la cepa H1N1 humana, vulgarmente denominada gripe porcina o influenza A, una enfermedad respiratoria de los cerdos que se transmite a los humanos, y causa graves complicaciones respiratorias. La cepa H1N1 de 2012 fue un tipo de virus, según la ciencia, muy esquivo debido a que constantemente va evolucionando y mutando, y esto provocó que fuera imposible encontrar un anticuerpo protector para la población mundial. Esta cepa es una variante que desciende de una de las pandemias más devastadoras de la humanidad, que tuvo lugar en el año 1918, conocida como la gripe española.

Ellos creen que son los únicos supervivientes humanos descendientes de aquellos afortunados que pudieron pagarse un pasaje hasta Marte, para perpetuar la especie y mantener el linaje de los hombres.

Un problema añadido con que nos encontramos es que debido a la consanguinidad, es decir, la unión por parentesco natural al descender de un mismo tronco o raíz, con el paso del tiempo han empezado a aparecer anomalías y graves problemas genéticos.

Eugenesia: Los “bien-nacidos”

Los bien-nacidos

Los “bien-nacidos”

Solía vivir en la orfandad.
Era oscuro, frío y solitario.
En la noche, miraba el cielo estrellado y me sentía mejor.
Soñaba que podía volar allá.
En América, puedo hacer que mis sueños se vuelvan realidad…
Gracias por el “Espíritu” y la “Oportunidad”

— Sofi Collis, 9 años de edad (Nombramiento del Spirit y Opportunity)

En la Tierra los padres tienen “bebés a la carta” a través de la eugenesia génica (que, grosso modo, ya adelantó Platón en su famosa obra la República que inaugura la literatura utópica y por tanto el caldo de cultivo de su negativo distópico). En esta sociedad distópica los terrícolas son creados a partir del genoma de sus padres, que es seleccionado genéticamente con el fin de obtener lo mejor de cada uno de ellos. Como no pueden reproducirse de motu propio es la única forma que tienen los científicos de tener controlada la natalidad.

No importa que esta ‘perfección humana’ se logre con la ‘eliminación’ de todas las ‘imperfecciones humanas’ hasta convertirlos en máquinas, piezas engranajes de un supersistema que apenas permiten se deslicen entre sí sin emoción ni calor, sin fricción y sin rozamiento. Humanos, pero ¿no ‘demasiado’ humanos? Si pueden evitar que sus hijos sufran leucemia, Síndrome de Down, cáncer o miopía, ¿por qué no hacerlo? Pero, ¿dónde está el límite? ¿Puede ser considerada la calvicie una enfermedad? ¿Tengo derecho a elegir el sexo, altura y color de ojos y de piel de mi bebé? Bueno, «prima facie», tienes derecho a tenerlo sólo si tienes dinero para tenerlo. Los ricos y poderosos son, en realidad, los más aptos en la pirámide social.

No obstante, cabe reseñar que no se trata de una eugenesia absoluta como la que expone Aldous Huxley en su «Mundo Feliz»; ya que los niños, aunque de probeta, son auténticos hijos de sus padres. Eso sí, han sido manipulados para eliminar cualquier posible rastro de imperfección, como podrían ser la miopía, la calvicie, el alcoholismo, el cáncer o, incluso, la violencia. Sí, en este hipotético futuro distópico que nos espera no hay violencia, ni siquiera es posible que ocurran crímenes, ya que la selección genética no les dota del gen que les capacita para cometerlos. Pero hasta que punto ¿es realmente inevitable que ocurran?, ¿podría fallar el sistema en su selección genética? (en estas espinosas preguntas se basa el enigma “Ácido desoxirribonucleico”).

La Tierra, tras el paso de tres largos siglos, esta inmersa en una sociedad aséptica, blanca y ordenada donde la contaminación ha desaparecido, las energías son renovables, y no hay motivo para suponer violencia o delincuencia. Nos encontramos en la antesala de un mundo aparentemente perfecto. Pero esta perfección ha sido obtenida a costa de cualquier vestigio de humanidad. Los “bien-nacidos” son fríos; sus relaciones, asépticas, actúan como robots, y son  incapaces de mostrar sus sentimientos (si los tienen)…

En este aséptico mundo ningún terrícola puede escapar a sus genes. Los omnipotentes científicos, que disponen de un poder sin límite e inagotable en esta sociedad tecnocientífica son quienes disponen. Y ellos han puesto especial hincapié en que esto no ocurra. A lo largo de los tres siglos han conseguido inutilizar la reproducción del ser humano. Así que es casi-imposible que exista un humano fecundado por medios naturales. Hay controles exhaustivos y análisis de substancias orgánicas (no siempre legales) que impide además evitar el sistema. La marginación es ilegal (se denomina genomismo) y es tan atípica que en el último siglo no se ha detectado ni un solo caso. De forma un tanto irónica, en la Tierra del futuro próximo el hombre es marginado, de forma perfectamente racional, por la propia ciencia.