Archivo de la etiqueta: Madrid de los Austrias

El Duende del Palacio (MdlA)

La Tentación de San Antonio, el Bosco

Dicen las malas lenguas en las Losas de Palacio, que S.M. Felipe IV es el ejemplo viviente de un auténtico Duende del Palacio, poblado de delirios calenturientos y cetrinos problemas respiratorios, visitado por febriles imaginaciones, aegri somnia, como Jérôme Bosch (el Bosco) no los pintó en sus noches más febriles, entenebrecido sin quererlo por las monjiles tocas de Doña Luisa y el rostro serio del doctor Zupide de Vergara, su médico de cámara.

Habiendo sobrevivido, por lo visto, a una virulenta noche toledana, sufriendo y padeciendo terribles pesadillas relacionadas con su regia persona y el devenir de la Monarquía, nada más incorporarse de la cama, llamó de inmediato al fraile dominico Antonio de Sotomayor, su confesor real, para arrepentirse y confesar humildemente sus pecados.

Hallábase visiblemente atemorizado y apesadumbrado tras conocer de primera mano, gracias a las serviciales gestiones del Conde-Duque de Olivares, aquello que Jerónimo de Liébana tenía que contarle, que por un prodigio de sagacidad y de intuición o por algún oscuro pacto con el diablo, había llegado a saber más de aquella Corte que los propios confesores aúlicos.

Si a esto sumamos que es a bien pensar que todas las supersticiones y hechicerías vanas, las halló y enseño el diablo a los hombres, y por ende, todos los que las aprenden y ejercitan son discípulos del diablo, S.M. se veía culpable de ello y creía que había sido hechizado (por enésima vez).

Nota: Este Enigma aparece como el número 10 del playset Madrid de los Austrias para el Club de los Martes. No está liberado para descarga gratuita.

Veneno y Acero (MdlA)

Fuente de los Tritones, Jardín de la Isla de Aranjuez

El día 24 de septiembre de 1621, dos horas antes de que amaneciese, salió apresuradamente de Aranjuez en su carroza por mandado de Doña Juana Pimentel, dama de la Reina Isabel, don Fernando Pimentel, hijo del conde Benavente, con dirección a Madrid.

En el camino es asaltado por unos malhechores, que parecían estar esperándole. Los criados de don Fernando reaccionan al ataque e intentan retener a los asaltantes. Antes de darle tiempo a desenvainar su espada resulta herido grave de una estocada. Comienza a pedir confesión a gritos, mientras reza entre lágrimas el In Te Domine Speravi, esperando ya la muerte Pero por suerte, no tardan mucho en aparecer unos agricultores que andaban trabajando el campo; gracias a ellos, por suerte logran parar la hemorragia, y llevarle a un curandero que le trata como buenamente puede las heridas.

Apenas un par de días después son detenidos tres sospechosos, pero nunca se llegó a saber cuál fue la razón del asalto a un hombre de bien, más allá del robo. Ahorcaron a un mozuelo de 18 años, porque hurtó y vendió todo de valor de la carroza, y con él se llevaron a otros dos cómplices del delito; a uno le dieron 200 azotes y fue desterrado del reino, mientras que al otro, vergüenza pública y galeras.

En las Losas de Palacio no dejan de especular acerca de que era lo que portaba don Fernando para salir tan apresuradamente del palacio de Aranjuez esa madrugada; y mucho más intrigante, si era algo enviado por la Reina a Madrid, a través de su dama; y si lo robado fue por orden de alguien que pagó sus servicios.

Nota: Este Enigma aparece como el número 1 del playset Madrid de los Austrias para el Club de los Martes. No está liberado para descarga gratuita.

Opus Magnum (MdlA)

Opus Magnum (transmutación del mercurio en oro)

El 6 de junio de 1627, dio una cena privada el conde-duque de Olivares, en su residencia particular de la villa, fuera de los Reales Alcázares y lejos de los intrigantes, con grandísima ostentación, grandeza y silencio.

En ella mantuvo una reunión privada en su condición de ministro con Pedro Milanés, un astrólogo ducho en prácticas alquímicas, que vivía en el Prado de San Jerónimo de Madrid, bastante bien.

En las gradas de San Felipe no tardaron mucho en surgir los chismes; por lo visto, es que tratábase de un asunto serio de Estado, y que hablaron del mercado de capitales y de proporcionar una buena parte de los fondos que demandaba y necesitaba la Monarquía para salir de la reciente suspensión de pagos que los genoveses no se comprometían a financiar.

Nota: Este Enigma aparece como el número 8 del playset Madrid de los Austrias para el Club de los Martes. No está liberado para descarga gratuita.

Los filtros de Leonorilla (MdlA)

Los filtros de Leonorilla

Un 14 de febrero, día de San Valentín, tras levantarse de una noche toledana, Felipe IV, de repente y muy misteriosamente quiso tener con su confesor, fray Antonio de Sotomayor, una conferencia de la mayor reserva. La Corte se puso patas arriba, pues no era normal que el rey pidiera consejo espiritual sin hablar antes con el conde-duque de Olivares, su válido. Así que todos eran conscientes de que el caso era grave ¡y bien grave que lo era!

Ya, por varias ocasiones, el monarca había sido víctima fuera de varios accidentes y había sentido síntomas muy graves; encendido por fiebres altas, padeciendo una inexpugnable sed, sacándolo de tino, y engendrando una perpetua risa fuera de razón y propósito, con cierto movimiento espasmoso y convulsiones en todo el cuerpo.

Pronto en la Corte y en los mentideros de la villa de Madrid, fuente de ingenio, novedad y maledicencia, lugar donde nada escapaba a las lenguas que de todo conocían, y a sabiendas de que cualquier noticia, rumor o embuste allí lanzado, rodaba como una bola de nieve hasta multiplicarse por mil, comenzaba a correr y propagarse el rumor que el rey Felipe IV había sido envenenado por algún hermético contubernio. Pero, ¿qué hay de cierto en todo ello?, ¿quién o quiénes son los culpables de tamaña osadía?, ¿han logrado su cometido o todo ha sido fruto de la superchería del monarca?

Nota: Este Enigma aparece como el número 4 del playset Madrid de los Austrias para el Club de los Martes. No está liberado para descarga gratuita.

Crónica de una muerte anunciada (MdlA)

Muerte del Conde de Villamediana

El 21 de agosto de 1622, don Juan de Tassis y Peralta, segundo conde de Villamediana, Correo Mayor del Rey, y uno de los más agudísimos ingenios de la poesía sarcástica del momento, al atardecer se dirigía sosegado a su palacio en su coche acompañado de don Luis de Haro y Guzmán (hijo del marqués de Carpio y sobrino del conde de Olivares), a pesar de que unos minutos antes el confesor Zúñiga le había advertido que lo querían asesinar, burlando y mofándose el conde del aviso.

Era sobre las ocho de la tarde cuando su carroza atravesó la madrileña calle Mayor, en las entreluces del lubricán, en dirección a San Ginés. De los portales de la acera, un individuo encapuchado, se aproximó súbitamente por el flanco izquierdo del vehículo deteniéndolo, se asomó al estribo del coche, sin mediar palabra y con «arma terrible de cuchilla, según hizo la herida, le pasó del costado izquierdo al molledo del brazo derecho, dejando tal herida al conde de Villamediana, que aun en un toro diera horror» [i].

Mientras, algo lento de reflejos, don Luis de Haro se lanzó espada en mano contra el agresor y su cómplice, que escaparon aprovechándose de la aglomeración de personas y del bullicio existente. Don Juan de Tassis y Peralta, envuelto en sangre, con el corazón partido por la terrible cuchilla, falleció casi de inmediato, y su muerte fue más aplaudida que sentida.

Lo trágico de su asesinato, así como el no haber sido aclaradas en aquel preciso momento las verdaderas circunstancias de su muerte, unido todo ello al escaso interés de la justicia en perseguir el crimen, con presteza dio pábulo en los mentideros a la romántica leyenda del conde de Villamediana quien, siempre según el vulgo, habría sucumbido a un meritorio complot cuyo origen se encontraba en las más altas cúpulas del Alcázar Real por haber tenido la osadía de fijar sus ojos en la reina Isabel de Borbón. Pero, ¿qué hay de cierto en todo ello?, ¿quiénes fueron los magnicidas? ¿y cuáles fueron sus razones? ¿existió tal complot o solo es fruto de las habladurías?

[i] Correspondencia de Luis de Góngora a Cristóbal de Heredia en Madrid, el 23 agosto 1622, donde se describe las heridas recibidas por el conde de Villamediana.

Nota: Este Enigma aparece como el número 2 del playset Madrid de los Austrias para el Club de los Martes. No está liberado para descarga gratuita.