
El Criminal Lunatic Asylum de Broadmoor es una institución en donde se recluyen enfermos mentales peligrosos, que han sido juzgados por crímenes atroces, y dada su enfermedad mental, han sido eximidos de morir ahorcados, así que se le conmutaba la pena de horca por una reclusión de por vida en esta institución.
Sin embargo, 1888 fue un año fatídico para la institución. No menos de seis reclusos habían fallecido en extrañas circunstancias tras largas y repentinas enfermedades, a finales de agosto. Algo que la prensa sensacionalista de la época no tardo en bautizar como “la maldición de Broadmoor”.
Scotland Yard investigó el caso por mandato directo del Comisionado del CID ante la repercusión mediática negativa que estaba tomando el asunto. Pronto las sospechas de las muertes recayeron sobre Edward Hemmings, el director del centro, a quien acusaron y condenaron por envenenamiento a la horca en un juicio posterior.
CASO EN FASE DE PRUEBAS. No está disponible la solución, y cuando lo esté, posiblemente sea bajo suscripción de algún tipo, o en una futura reedición del juego.

Andrew S. Parrish, un joven técnico que trabajaba en el laboratorio fotográfico de revelado que Eastman Kodak Company (popularmente conocida como Kodak) tiene en el distrito de “City of London” de Londres, apareció muerto calcinado tras un devastador incendio de su laboratorio.
Liz ‘la coja’, una veterana prostituta del londinense barrio de Whitechapel, en un ataque de locura, con la mente completamente perdida y fuera de control, visiblemente afectada por lo que el médico forense confirmó más tarde ser víctima de un “delirio tembloroso”, debido posiblemente a un fuerte síndrome de abstinencia del alcohol, pasó a cuchillo con una afilada y lujosa navaja de afeitar, en una feroz y encarnizada lucha, a cuatro de sus compañeras de trabajo en el patio trasero de un popular edificio de alquiler de apartamentos en Lambeth Road; sitio donde la mayoría llevaban a sus clientes para terminar su faena por apenas unos míseros peniques. Fue una auténtica carnicería por la que Liz fue condenada, apenas dos días más tarde, a la horca.
James William Benson, un famoso y prestigioso maestro relojero londinense y proveedor oficial de la casa real, subió en la Estación de Liverpool Street, por asuntos de negocios, en el tren de Londres a Dover de las 10:12. En una consigna del vagón de equipaje blindado dejó a buen recaudo, o al menos eso creía, un valioso muestrario de relojes que pensaba mostrar, un día más tarde, en una exposición de alta joyería que se celebraba el 2 de julio de 1888 en el salón Louis XV del Hôtel de Crillon en París.